Pese a la crisis por la COVID-19, indigentes de la ciudad de Cusco, duermen en las calles, sin protección y alimentos. Ello fue revelado por la Defensoría del Pueblo, que exhorta a las autoridades poner mayor atención en este sector de la población.
Este es el caso de un varón entre los 65 a 70 años, que una mañana de domingo cuando todos acatan la inmovilización obligatoria lo encontramos en la puerta de una tienda en la avenida Huascar del distrito de Wanchaq. El hombre dice esperar que los rayos de sol calienten su maltratado cuerpo, apenas cubierto por harapos. Un envase con comida que de seguro la guardó de la noche anterior, será su único alimento del día.
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Como este anciano, también encontramos a una mujer que de varios cartones hizo un lugar donde pernoctar a solo unos pasos de la sede de la VII Macro Región Policial Cusco.
No existe una data sobre el número de personas que viven en situación de indigencia. Representantes de la Beneficencia no tiene los recursos para asistirlos, menos ahora que a causa de la pandemia, se cortó sus ingresos por el alquiler de locales comerciales.
En agosto se reportaron las muertes de dos personas en situación de abandono con sospecha de COVID-19. Sus cuerpos demoraron en ser recogidos, tampoco fueron identificados. La Defensoría también pidió que no haya demoras en inhumación.