Una pandemia nos alcanzó sin que estuviéramos listos para empezar a correr. Más de 40 proyectos se han presentado en el mundo para desarrollar esa vacuna que nos permita llegar a la meta ansiada antes que este enemigo nos sobrepase. El Perú se une a esta lucha y tiene una propia, generar un precedente y que, en un futuro, no dependamos de nadie en épocas de crisis sanitarias.
El equipo integrado por 15 biólogos y biólogas moleculares de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y la empresa Farmacólogicos Veterinarios SAC (Farvet) trabajan actualmente en el diseño y rediseño de una vacuna recombinante, que esperan tener lista en 18 meses.
Mirko Zimic, jefe del laboratorio de Bioinformática, Biología Molecular y Desarrollos Tecnológicos de la Facultad de Ciencias de la UPCH, indicó que el primer lote estaría listo para la segunda semana de mayo, para luego pasar por pruebas en animales.
“Nosotros, desde Cayetano, tenemos la oportunidad de trabajar con Farvet desde hace 8 años, y estamos ayudando en el diseño y rediseño de la vacuna. También estamos viendo los aspectos en los que se puede colaborar respecto a las pruebas que habrá que hacerle a la vacuna, una vez que sea producida. Esto se espera que ocurra, aproximadamente, para la segunda semana de mayo, cuando tengamos el primer lote listo. Luego, lo primero que hay que hacer es comprobar su seguridad en animales, en monos, y que pueda generar anticuerpos contra la proteína con la que estamos trabajando. Además, verificar que estos anticuerpos neutralicen al virus. El siguiente paso será realizar pruebas en grupos de humanos”, explicó Zimic.
Una de las dificultades que encuentran es que no pueden acudir a sus laboratorios por las medidas de aislamiento social que está tomando el Gobierno. Aclaró que estas disposiciones les parecen necesarias, pero que el Estado debería confiar más en la labor de sus investigadores e investigadoras, y apostar más por la ciencia y tecnología en el país. Piden que les permitan laborar con todas las condiciones para el bienestar del Perú.
“Tenemos la dificultad de que no podemos desplazarnos a nuestros laboratorios, por el aislamiento social que ha dispuesto el Gobierno, nos parece que es la mejor decisión, pero en nuestro caso debería haber mayor confianza del Estado en la capacidad de sus investigadores, para que eso nos permita realizar, con todas las condiciones necesarias, el desarrollo de esta vacuna, y generar este precedente a nivel nacional”, manifestó.
Área de trabajo. Créditos: La República.
No todas son complicaciones, también existen ventajas. Farvet tiene la experiencia de enfrentar retos epidémicos en aves, anteriormente ya ha desarrollado vacunas contra coronavirus que producen neumonías en estos animales. Estos antecedentes son muy importantes para Mirko Zimic.
“Esta experiencia es esencial, Farvet es una empresa que tiene más de 35 años en el mercado y ha tenido muchos retos de brotes epidémicos serios a nivel de aves, aquí en el país. Esto le ha permitido tener experiencia y desarrollar conocimiento sobre el tema. Han afrontado con éxito estos problemas y han sabido desarrollar vacunas muy apropiadas, una en particular ha sido contra el tipo de coronavirus aviar, el virus de bronquitis infecciosa. Por lo cual, la experiencia de Farvet se vuelca a favor de desarrollar la vacuna para el virus SARS-CoV-2 que tanto nos afecta ahora”, afirmó.
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La vacuna que están desarrollando busca evitar que el virus se pegue a las células humanas, para esto necesitan encontrar anticuerpos que reaccionen a la proteína que utiliza el SARS-CoV-2 para adherirse a las células. Esta tiene una especie de “brazos” con los que se agarra de ellas. La proteína con la que trabajan los investigadores peruanos es la llamada spike S1, con la que también trabajan varias investigaciones en el mundo, entre ellas la que realiza la compañía Moderna.
“Tenemos una gran esperanza, porque las vacunas que se están desarrollando en muchos países del mundo, en específico la compañía Moderna de EE. UU., están utilizando el mismo antígeno con el que estamos trabajando en Farvet y Cayetano. Es básicamente la proteína spike S1, este dominio es el que usa el virus para poder agarrarse de la célula humana, y hasta el momento se ha comprobado que es la más estable con la que cuenta el virus”, aseveró el jefe del laboratorio de Bioinformática de la UPCH.
Laboratorios de la UPCH. Créditos: La República.
Zimic y su equipo buscarán obtener proteínas spike S1 que sean inocuas para un ser vivo y que generen una respuesta inmune al ser inoculadas; para esto aplicarán la tecnología de manejo de baculovirus, que consiste en infectar a células de insectos con virus de insectos modificados.
“El baculovirus es el vehículo que va a insertar el gen de la vacuna dentro de la célula de insecto, es el método que hemos usado porque esta célula permite que la proteína que se produzca tenga la capacidad de recibir carbohidratos en su superficie, es un proceso que se llama glicosilación. Y se sabe que, si la proteína no está debidamente glicosilada y no cuenta con los carbohidratos adheridos, no tiene propiedades inmunogénicas importantes. Entonces eso es clave. Una vez hayamos producido grandes cantidades de esta proteína procederemos con el proceso de purificación: eliminaremos a la célula de insecto y al baculovirus, de esa manera solo nos quedaremos con la proteína spike S1″.
Según Zimic, más adelante quizá venga lo más difícil. Generar la patente de la vacuna que están desarrollando y que grandes transnacionales apuesten por ella. A partir de ahí se podrían realizar pruebas en grandes poblaciones para verificar su seguridad para la comercialización.
“En el Perú podemos llegar, en la actualidad, solo a la fase donde probaremos en humanos voluntarios para hacer la prueba de inmunidad en inmunogenicidad; sin embargo, si queremos llegar a las siguientes etapas estaríamos hablando de pruebas que necesitarían de tamaños de población muy grandes y muchas dosis que costarían varios cientos de millones de dólares. Entonces, lo usual en estos casos es que el laboratorio que está produciendo una vacuna decida patentarla de manera rápida y luego la ofrezca a grandes transnacionales para que estas apuesten por ella y la compren, y así empezar a producirla en gran cantidad para realizar los estudios, generalmente vinculados a organismos metacéntricos donde participan diferentes países del mundo”, declaró.
El Perú empieza a plantearse retos de gran tamaño. Se necesita el apoyo del Estado para que no dependamos de nadie, y con mayor razón en épocas de crisis que comprometan a la salud. Apostemos por la ciencia, ingresemos al primer mundo. El futuro no tiene por qué estar muy lejos.