El presidente de la República, Martín Vizcarra, anunció esta tarde que el Estado realizará una compra de 1.6 millones de kits para reforzar la detección de nuevos casos de coronavirus en todo el país. De ese total, el mandatario señaló que 1.4 millones de unidades serán “pruebas rápidas” y los 200 000 restantes, “pruebas moleculares”.
Pero, ¿qué son estas pruebas? ¿En qué se diferencia una prueba rápida de una prueba molecular? En esta nota conocerás más sobre estos procedimientos para mitigar el avance del COVID-19.
En primer lugar, el test molecular es el que actualmente practica el Instituto Nacional de Salud (INS) entre los pacientes con síntomas del coronavirus, a fin de descartar si tienen el virus consigo o no.
Para detectarlo, se hace una prueba de hisopado en las zonas respiratorias superior e inferior de la persona (es decir, la nariz y la garganta) para extraer una muestra de mucosa, que es donde se alojan los virus. Este ejemplar se lleva a un laboratorio especial donde se analizará su composición, y en aproximadamente 5 a 6 horas se determinará si el paciente posee el COVID-19.
En cambio, la prueba rápida cuenta con un procedimiento completamente diferente. La República se contactó con el ex ministro de salud, Oscar Ugarte, quien explicó que en este otro procedimiento no se busca propiamente al virus, sino la reacción del cuerpo frente a él.
“Estas pruebas sirven para hacer descartes rápidos masivos. Nos permite hacer diagnósticos en poco tiempo y orientar el tratamiento de un paciente: quien va a su casa y quien va a un centro de salud", señaló.
Para la realización de una prueba rápida basta con tomar una muestra de sangre. Por lo mismo, no requiere de un laboratorio especialmente equipado para su análisis y el resultado podría estar en un máximo de 3 horas.
No obstante, Ugarte resaltó que el salir negativo en esta prueba no da entender que la persona está 100 % libre del virus. “El riesgo de esta prueba es que no es tan precisa como la otra (la molecular). Hay un 95 % de certeza que si sale negativo, definitivamente no está contagiado, pero siempre hay un margen de que sí lo está”, apuntó.
Por lo tanto, si un paciente pasa por este tipo de examen, debe tener en cuenta que la finalidad es únicamente hacer un descarte rápido para orientar a los médicos sobre qué tipo de tratamiento se debe seguir. Y de paso, para que el Estado sepa dónde enfocar sus esfuerzos.
“Mas allá del diagnóstico del test, basta la sintomatología y los antecedente de la persona para su vigilancia médica. Mientras la prueba no salga positiva, por los síntomas que presenta, hay que tratarlo como un caso sospechoso”. resaltó el también gerente de operaciones del EsSalud.
Cabe resaltar que la prueba rápida solo se tomará a las personas que se reporten ante la línea 113 como sospechosas. Asimismo, se espera que el Gobierno empiece con el tamizaje a partir de la próxima semana.