En el imaginario masculino de los arequipeños, la Tía Pocha tiene reservado su espacio. Andrea Amparo Tapia y su clan familiar son investigados de presuntamente montar una fortuna notable con dinero proveniente de la prostitución.
Las declaraciones del colaborador eficaz 001-LA2DI fueron insumo fundamental para la acusación formulada por la Fiscalía de Lavado de Activos contra Andrea Amparo Tapia Velásquez. El Ministerio Público pidió ocho años de prisión para ella y sus familiares por el presunto delito de lavado de activos.
El proceso está a puertas de iniciarse. Será un juez quien determine si va o no a prisión.
El colaborador hizo una primera declaración el 5 de julio del 2017. Según su testimonio, él colaboraba en la administración de El Amanecer, uno de los prostíbulos cuya propiedad se atribuía a Tapia Velásquez. Él vivió de cerca el enriquecimiento de la Tía Pocha con dineros mal habidos. Se confirmó que El Amanecer sí era un establecimiento nocturno dedicado a la prostitución y cuyas ganancias promediaban entre 20 mil a 30 mil soles mensuales. Ese dinero beneficiaba a ocho integrantes del clan familiar. Los dineros obtenidos ilícitamente eran utilizados para comprar bienes. También para la construcción del Perú Quepay, un restaurante lujoso cuya propiedad se valorizó en más de 2 millones de dólares. Luego de sus compras eran inscritas al nombre de otras personas para evitar el desbalance patrimonial.
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Según la tesis fiscal con el dinero de El Amanecer, ubicado en la avenida Mariscal Castilla se compró el segundo piso del edificio ubicado en la avenida Unión y el puente Arnao en Miraflores. Luego esa propiedad es traspasada en menos de cinco meses a su hija Nelia Camacho Tapia.