Fue una pelea absurda, como todas las que empiezan por una disputa en las pistas. Primero un cambio de carril prepotente en plena Vía Expresa. Luego algunos improperios.
La discusión terminó de la peor manera en Miraflores: ahí, un taxista bajó de su automóvil y el otro conductor, un empleado de una empresa textil, de su camioneta. Discutieron y el segundo asesinó al primero de una puñalada.
El crimen ocurrió en la esquina de Paseo de la República con Ernesto Diez Canseco, delante de decenas de testigos. Antes, Juan Luis Gabriel Raffo Gargurevich (59) iba llevando como pasajero a Emilio Gálvez Correa en su auto de placa AHA-205.
De pronto se cruzó en su camino Ricardo Ernesto Dulanto Rivera (36), quien conducía la camioneta Jeep C7H-340. Los testigos dijeron que este iba realizando maniobras temerarias.
Al ser interrogado, confesó que cuando llegaron a la referida intercepción miraflorina el taxista descendió de su coche y le roció gas pimienta, mientras estaba sentado en su carro.
Dulanto, jefe de producción de la empresa textil Acuario, indicó a la Policía que esa actitud provocó su reacción. Cogió una navaja que llevaba en su camioneta y se la incrustó en el pecho. Raffo Gargurevich murió camino al hospital Casimiro Ulloa.
“No podemos seguir viviendo en una sociedad de criminales, ese hombre (Dulanto) debe estar encerrado”, dijo Álvaro Rivera, familiar del taxista.
Este es un problema de salud mental que se presenta en las personas repentinamente, con la depresión, la ansiedad y el estrés, dicen los expertos. “Una persona violenta tiene de fondo una o varias frustraciones, estrés, descontento, malestar”, afirma el médico psiquiatra Carlos Bromley.
Agrega que si a eso le incluimos el estrés ambiental y la discriminación resulta una población frustrada y violenta. "Por eso nuestra población suele ser hostil, poco tolerante a la frustración y con un pobre control de impulsos. Al final irritables, agresivos y violentos".
La tarde del martes 29 de octubre, el ciudadano chino Xiangjun Wen, de 46 años, mató a Liv Mignen, gerente general de una compañía, porque ya no lo dejó trabajar como traductor, oficio que había cumplido durante 4 años en la empresa de su propiedad, en San Miguel.
Un día después, Luis Alejandro Pardo Salazar sostuvo una discusión en Los Olivos con el cobrador y chofer de un microbus, luego de pagar cincuenta céntimos por un tramo corto. Él terminó arrollado por la unidad luego de que fuera lanzado a la vía por los transportistas.
En ninguno de los tres casos hubo la capacidad para afrontar circunstancias adversas o conflictivas. Las consecuencias del estrés varían de acuerdo a los niveles de ansiedad de la persona, advierte Bromley.
Un estudio realizado el año pasado por el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) señala que el 80% de peruanos sufren o han sufrido estrés.
También indica que el peruano sufre de cambios frecuentes de ánimo, insomnio y otras situaciones extremas asociadas al estrés. Y también indica que padece depresión.
El psiquiatra Freddy Vásquez señaló que en el caso de Miraflores el victimario no supo manejar sus emociones y eso desencadenó la tragedia.