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Sociedad

Ella murió tras 7 días de agonía, él fue capturado luego de dos meses

Feminicidio en el callao. Miguel Benites golpeó salvajemente a su pareja el pasado 2 de junio, pero fue dejado en libertad. Su víctima, Erika Oblitas, también fue detenida, pese a la agresión sufrida. En la comisaría sufrió convulsiones y fue trasladada al hospital Loayza donde falleció tras permanecer en coma.

Por: Melina Ccoillo Sandoval

Miguel Antonio Benites Arana (38) permaneció poco más de dos meses en libertad, oculto, incapaz de enfrentar su responsabilidad en la muerte de su pareja Erika Elizabeth Oblitas (37).

La madrugada del 2 de junio, en presencia de sus dos hijos, golpeó con ferocidad a Erika en la vivienda que alguna vez compartieron, en el Callao.

Benites fue capturado la noche del domingo por agentes del Escuadrón Verde cuando iba en una bicicleta con su hijo de cuatro años. Fue en el cruce de la avenida Miguel Grau con el jirón Saloom, en el Callao.

“No tengo nada que decir hasta que venga mi abogado”, fueron las únicas palabras del hombre de mirada agresiva, a quien recientemente, y después de varios pedidos, el Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria del Callao había ordenado detener preliminarmente por el delito de feminicidio.

Terrible agonía

Erika Elizabeth Oblitas permaneció siete días internada luego de recibir los golpes de su pareja, quien la golpeó al no aceptar que ella había decidido terminar la relación de siete años.

Fue su hija de 14 años quien salió de la casa para pedir ayuda. Los vecinos acudieron al lugar y esperaron hasta que los efectivos de la comisaría de Juan Ingunza trasladen al agresor.

Pero no solo se llevaron a Benites, sino también a Erika. Aunque parezca inexplicable, el sujeto aducía que ella también lo había golpeado. “Ella tenía golpes en todo el rostro. Él nos amenazó y dijo que volvería para vengarse. Tuvimos que cambiar la chapa de nuestras viviendas”, dijo un testigo.

Ya en la comisaría, ambos fueron llevados al médico legista. Según la Región Policial del Callao, la médico Doris Baquedano Herrera dijo que el estado de salud de la mujer era normal.

A través del sistema de Información Policial (Esinpol), se supo que Erika Oblitas tenía una requisitoria vigente por el delito de Asociación Implícita para Delinquir y venía siendo procesada en un juzgado especializado de la Corte de Lima por una presunta extorsión, además de tener una denuncia por tenencia ilegal de armas.

Por ello, pese a ser una víctima de agresión que requería ayuda, quedó detenida en la referida comisaría del Callao.

Sin embargo, durante la madrugada se desvaneció en las instalaciones policiales, por lo que fue llevada de emergencia al hospital Arzobispo Loayza, donde el médico de turno le diagnosticó “Contusión facial, agresión por terceros”, por lo que quedó internada bajo estricto cuidado.

Así permaneció siete días hasta que su cuerpo ya no resistió y falleció la madrugada del 10 de junio.

Su caso se convirtió en el feminicidio número 68 de los 100 que hasta hoy se registran e indignan al país.

Sin justicia

Mientras Erika Oblitas permanecía internada en el hospital, bajo estricta atención, su agresor fue dejado en libertad porque la Fiscalía no le imputó ningún delito en primera instancia. “En Fiscalía lo han soltado porque el papá tiene gente”, aseguró la madre de la fallecida en aquel momento.

Lo primero que Miguel Benites hizo al salir fue llevarse por cuatro días a su menor hijo.

No era la primera vez que el sujeto era detenido y luego puesto en libertad. Ya presentaba 16 denuncias policiales, entre ellas por violencia física, psicológica y familiar, y hurto agravado.

Hasta anoche permaneció en las instalaciones del Depincri Callao. El Ministerio de la Mujer indicó que ya se elaboró un escrito que reitera el pedido de prisión preventiva, el cual será presentado en la Fiscalía.

La Región Policial del Callao espera los resultados de la necropsia para determinar las causas de la muerte de Erika. Su familia aún pide justicia. Mientras la recuerdan cariñosa y alegre.