Luego de que se desatara una pugna en los exteriores del mercado Palermo, en Trujillo, punto de gran concentración ambulatoria de la ciudad, agentes policiales y ediles retomaron el control de la vía pública tras superar en número a quienes intentaron ubicar su mercadería en la calle.
Ayer, en las avenidas María Eguren y César Vallejo, los informales lanzaron piedras, papas, camotes y otros objetos contundentes, sin embargo, no lograron hacer retroceder a las fuerzas del orden.
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Al verse reducidos no les quedó otra que explicar su principal requerimiento: que la Municipalidad Provincial de Trujillo los deje trabajar hasta el mes de enero próximo y que luego se retirarán pacíficamente. Por su parte, el burgomaestre Daniel Marcelo Jacinto ha dispuesto un terreno a espaldas del complejo Chan Chan para reubicar a los mercaderes.
Ante ello, una vendedora no dudó en “suplicar” para que los dejen trabajar. “De rodillas le pido a todo el pueblo trujillano que nos disculpe, nos perdone, por ensuciar las calles, pero lamentablemente somos madres de familia que tenemos hijos a quien mantener. No quiero que mi hijo sea ambulante como yo”, clamó entre lágrimas la mujer.