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Salud

Usa la ansiedad a tu favor

La planificación es una herramienta muy poderosa contra la ansiedad, ya que nos permite visualizar y organizar nuestro futuro, haciendo que este sea menos incierto y más predecible.

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El insomnio es uno de los síntomas de la ansiedad. Composición LR/Lumos Psiquiatric

Autor: Emilio Bruce, Coach Deportivo, Ejecutivo y de Vida

Alguien dijo que si vives mucho en el pasado es depresión, si vives mucho en el presente es estrés y si vives mucho en el futuro es ansiedad. La ansiedad es la emoción del futuro, de la incertidumbre, su función es hacernos saber que hay algo en el futuro para lo cual nos tenemos que preparar, que tenemos que pasar a la acción. Es como cuando estábamos en el colegio y nos enterábamos de que se venía un examen de matemáticas, para algunos eso generaba una ansiedad terrible, pero para el que lograba tomar la decisión de ponerse a estudiar y prepararse para el examen, podía calmar la ansiedad e incluso convertirla en tranquilidad.

Para poder gestionar mejor nuestra ansiedad, tenemos que aprender a escucharla, lograr identificar cuál o cuáles son los elementos de nuestra vida, de nuestro futuro que nos están causando ansiedad y empezar a prepararnos para afrontarlos. La planificación es una herramienta muy poderosa contra la ansiedad, ya que nos permite visualizar y organizar nuestro futuro, haciendo que este sea menos incierto y más predecible. Muchas veces, las personas que sienten más ansiedad son las personas que no tienen objetivos en la vida, ya sean grandes o pequeños, las que están en piloto automático dejándose llevar por la inercia de la eterna rutina. El tener un norte fijo, una razón para levantarse todos los días y superar los retos de la vida, un plan o un objetivo que nos motive a salir adelante y trabajar duro puede ser un elemento muy útil para mantener una buena salud mental. Pero aquel objetivo tiene que estar bien planteado para maximizar sus beneficios, una cosa es decir "quiero bajar de peso" y otra muy distinta, decir "quiero bajar 12 kilos en un año a razón de 1 kilo por mes, aumentando progresivamente la intensidad de mi rutina de ejercicio y disminuyendo mi consumo de carbohidratos sobre todo en la cena". En el segundo caso, estamos planteando un objetivo con parámetros cuyos avances puedo monitorear y ajustar, nuevamente disminuyendo la incertidumbre y por consiguiente la ansiedad. Tenemos que ponernos objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y en tiempo determinado (SMART), y planificar nuestra rutina semanal de tal forma en la que priorizamos las cosas realmente importantes que nos van a ayudar a alcanzar dichos objetivos, ya sean personales, profesionales, académicos o de cualquier ámbito de la vida que estemos buscando mejorar.

La ansiedad nos invita a prepararnos, a pasar a la acción, la mejor forma de calmar la ansiedad es hacer las cosas que tenemos que hacer. Cuando sentimos que no hemos hecho nada o no hemos hecho suficiente o simplemente hemos perdido un montón de tiempo atendiendo urgencias, reuniones, responsabilidades familiares, pero que no hemos avanzado hacia nuestros objetivos importantes, es cuando la ansiedad se sale de control y se vuelve malsana. Por otro lado, cuando hemos planificado y ejecutado los avances de acuerdo a lo planeado, y sabemos qué nos falta hacer, cuándo y cómo lo vamos a hacer, es ahí cuando podemos dormir tranquilos.