Según datos del Ministerio de Salud (Minsa), los casos de atención psicológica por problemas o trastornos de salud mental generaron alta demanda en el Perú desde la pandemia de la COVID-19. Por ello, en el periodo de 2009 a 2022, los casos atendidos se incrementaron en más de 200%, de 419.703 a 1.405.665. Las patologías principales fueron la ansiedad, depresión, trastorno del comportamiento, adicciones, entre otras.
Es preciso recordar que el cuidado de la salud mental es importante para el ser humano y para su desarrollo personal, pero, a pesar de todo, no ha sido atendida con la urgencia debida.
Por ello, en esta nota consultamos con dos psicólogos especialistas, quienes resolvieron nuestras dudas sobre la terapia y sobre cómo es tratada en nuestro país. Además, conoce aquí en qué centros de salud puedes atenderte, ya sea con seguro del SIS, EsSalud, o de manera particular.
Según los especialistas, es necesario acudir a terapia cuando los indicadores de riesgo como pensamientos negativos se involucran en nuestros temas más personales, como no poder ir a trabajar, no tener ganas de levantarse de la cama o sentir tristeza constante. Es entonces cuando uno debe pedir ayuda.
"En el Perú, estamos pasando por índices altos de depresión y ansiedad. Los pacientes vienen con tristeza por pérdidas, duelos que no pueden enfrentar, por cuestiones de trabajo y otros. Generalmente las personas vienen a atenderse por tener pensamientos constantes de desvalorización, sensaciones nerviosas, agitación, tensión del cuerpo o indicadores de alerta más altos, como pensamientos suicidas", explica la Lic. en Psicología, Flor Polanco del Área de Adicciones en el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi.
Según cifras del 2022, Perú solo cuenta con 100.000 especialistas para salud mental. Foto: composición La República
No es necesario sentirse angustiado o tener pensamientos negativos para acercarse a una consulta psicológica. "Ir a terapia es muy importante, no solo para explorarnos internamente, cómo estamos y cómo nos sentimos, sino, además, para ver detalles de nuestra personalidad que no conocemos. En una sesión es importante que la persona tenga una conexión con el psicólogo, que se sienta libre y con disposición para hablar. Es un trabajo en conjunto, pues de esta manera se reconocerá el problema", explica la directora del Departamento de Psicología de la Clínica Sanna San Borja, Ruth Kristal Mitastein.
De igual manera, la especialista en psicología Flor Polanco asegura que "siempre podemos ir a terapia y es lo ideal, pues estamos hablando de un tema de prevención para no llegar a un tema de depresión o ansiedad. Se debe trabajar desde antes, me acerco a un centro de salud y evalúo si estoy manejando bien mi comportamiento y de acuerdo a eso, adelantarme. No necesariamente debo tener los indicadores marcados para asistir".
"Hace algunos 10 años más o menos, ir al psicólogo era una idea muy poco normalizada. Pero ahora hay mayor atención y se da más apertura, aunque que falta mayor comunicación de parte del Estado, que debe tratar de acercar a la gente. Tenemos Centros de Salud Mental Comunitarios donde se trabaja netamente la parte psicológica y psiquiátrica", explica Polanco.
Desde el 2015 se vienen implementando los Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC), que proporcionan atención ambulatoria y especializada a pacientes con trastornos mentales ya diagnosticados, como también consultas y terapias. Actualmente hay 248 CSMC a nivel nacional, de los cuales, más del 70% se encuentra ubicado fuera de Lima. Debes conocer que para acudir a estos centros es necesario contar con seguros como el SIS, con el que recibirás atención gratuita. Si cuentas con otro tipo de seguros, puedes consultar en el tarifario del Minsa según los tipos de servicios.
Existen diversos hospitales y clínicas que tienen servicios especializados de psicología y psiquitaría a nivel nacional.
Según un informe de la Defensoría del Pueblo, 8 de cada 10 peruanos que necesitan atención en salud mental no reciben el tratamiento adecuado y la situación se agrava mucho más en la población de pobreza y pobreza extrema.