La rinitis y la congestión nasal son ahora, para el Ministerio de Salud de Argentina, dos nuevos síntomas para establecer un caso sospechoso de coronavirus. Según informaron las autoridades sanitarias el último lunes 31 de mayo, estos indicios son cada vez más frecuentes.
La actualización, afirma la cartera, fue consensuada con los 24 directores de epidemiología de todas las jurisdicciones del país. No obstante, también se aclaró que alguno de estos nuevos síntomas debe estar acompañado por uno o más de los ya conocidos (fiebre de 37,5 °C, tos, dolor muscular, etc.) para ser considerado como un caso sospechoso.
Para aclarar los conceptos de rinitis y congestión nasal y comprender la relación de estos síntomas con la COVID-19, La República conversó con dos especialistas en salud.
Luis Lescano, otorrinolaringólogo del Hospital Regional de Trujillo, nos explica que el término rinitis es muy general. “La terminación – itis significa generalmente un proceso inflamatorio. Cuando hablamos de rinitis, nos referimos a una inflamación a nivel de la nariz, que puede ser de causa alérgica, viral, bacteriana, micótica o traumática”, señala a este diario.
En el caso de la COVID-19, por ejemplo, el médico señala que se produce una inflamación de la mucosa nasal debido a la infección del virus.
Medlineplus, portal de salud de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, incluye entre los síntomas de la rinitis a los estornudos y las secreciones nasales.
Respecto a la congestión nasal, Lescano precisa que puede ser una consecuencia de condiciones como la rinitis.
“Nosotros tenemos dentro de la nariz unas estructuras que se llaman cornetes nasales o turbinas, tejidos con muchos vasos sanguíneos, que se encargan de modular el ingreso de aire a la nariz. Cuando hay un proceso inflamatorio, estas tienden a crecer de volumen (hipertrofia) y esto hace que se obstruya una permeabilidad de la cavidad nasal”, comenta.
Los pliegues de rojo en el centro son los cornetes nasales o turbinas. Estos tienden a crecer de volumen durante una congestión nasal. Foto: O. Chaisagame/NCBI
De acuerdo con la infectóloga Camile Webb, la congestión nasal puede tener sus causas en infecciones como la del coronavirus o en rinitis alérgicas. “Causa inflamación y aumento de la producción de mucosidad en las vías nasales”, explica a La República.
La experta sostiene que es difícil determinar la causa de la congestión nasal cuando es el único síntoma, y precisa que hay otras cosas que pueden ayudar a reconocerla. “Si es que alguien tiene congestión nasal rutinariamente, desde hace un año, probablemente corresponde más a alergia o algo en el ambiente”, sostiene.
“Si es que alguien nunca tiene congestión nasal y de pronto esta semana lo desarrolla y está asociado a otros síntomas que sabemos son de coronavirus, particularmente fiebre, dolor de cabeza, de garganta, entonces es probable que sea esta u otra infección. Parte de la dificultad con coronavirus ha sido que los síntomas pueden ser tan poco específicos”, añade.
Webb también recomienda que, si alguien tiene congestión nasal asociada a otro síntoma característico de la COVID-19, “si hay que estar alertas de que podría ser coronavirus”. La sospecha, indica, aumenta si es que alguien tuvo contacto con una persona con la enfermedad o ha estado expuesto en cualquier ambiente, o si los síntomas son nuevos o están empeorando.
“En realidad, es difícil hacer la distinción caso a caso, y se tienen que tomar todos estos factores en cuenta para ver cuál es el nivel de sospecha de que podría ser y cuál es la necesidad de hacer una prueba”, recalca la infectóloga.
De acuerdo con el Ministerio de Salud argentino, se considera caso sospechoso de COVID-19 a “toda persona, de cualquier edad” que presente dos o más de estos síntomas:
También se menciona como síntoma sospechoso la pérdida repentina del gusto o del olfato en ausencia de cualquier otra causa identificada.
La fiebre es uno de los síntomas más característicos del coronavirus, junto al dolor de cabeza, el dolor de garganta y otros. Foto: EFE
El segundo criterio para definir a un caso sospechoso, según las autoridades argentinas, comprende a trabajadores de la salud, residentes o trabajadores de instituciones cerradas y de internación prolongada, personal esencial, residentes de barrios populares o pueblos originarios y contactos estrechos de caso confirmado de COVID-19, que dentro de los 14 días siguientes al contacto presente uno o más de estos síntomas: fiebre de 37,5 °C o más, tos, odinofagia (dolor o molestia en la garganta al deglutir), dificultad respiratoria o pérdida repentina del gusto o del olfato.
Un tercer criterio del Gobierno argentino comprende a niños y adolescentes de 0 a 18 años con fiebre mayor a tres días y dos de estos síntomas: erupción cutánea o conjuntivitis bilateral no purulenta o signos de inflamación mucocutánea (oral, manos o pies); hipotensión o shock; características de disfunción miocárdica, pericarditis, valvulitis o anomalías coronarias; evidencia de coagulopatía (elevación de PT, PTT, Dímero-D); síntomas gastrointestinales agudos; marcadores elevados de inflamación, y ninguna otra causa evidente de inflamación.