Los trastornos alimenticios afectan la salud física y emocional de quienes las padecen. Una realidad que solo se agudiza cuando estas personas son sometidas a situaciones de estrés y ansiedad, como es la cuarentena vigente en el Perú por el nuevo coronavirus. Este es el caso de C.P.A.H., quien combate la anorexia nerviosa desde hace más de cinco años, y, ahora, revela que el aislamiento social junto a su familia no ha hecho más que “ponerla bajo mucha presión mental”.
Trastornos alimenticios durante la cuarentena. (Foto: Área Humana)
M.A.F.S. tiene 24 años y es graduada de la carrera de Diseño de Modas. Actualmente trabaja en crear su propia marca y, al mismo tiempo, recibe tratamiento para hacer frente a la bulimia nerviosa que la aqueja desde mediados de 2019. “Todo empezó cuando dejé de sentirme cómoda en mi propio cuerpo, nada me quedaba, percibí que había engordado y comencé a hacer dietas”, recuerda.
Restringir algunos alimentos, contabilizar calorías y ejercitarse con frecuencia fueron las acciones que adoptó al ver que sus esfuerzos no la hacían perder peso. “Pasaba varios días así hasta que me daba demasiada hambre, ahí recién comía lo que encontraba en la cocina. Luego tomaba laxantes o simplemente iba al baño y vomitaba”, detalla.
De acuerdo a Karina Segura Nuñez, psicóloga con más de 14 años de experiencia en el tratamiento de patologías alimentarias, estos comportamientos son característicos de las personas que sufren de trastornos alimenticios. La especialista informó que los pacientes diagnosticados con este tipo de enfermedades se ven afectadas a nivel mental al punto en que llegan a tener una “distorsión del pensamiento sobre la comida”.
También precisó que, si bien presentan más indice de casos, la anorexia y bulimia nerviosa no son las únicas. Ortorexia (obsesión por la comida sana) y vigorexia (obsesión por conseguir un cuerpo musculoso) son otros ejemplos de estas patologías que terminan en la “alteración del acto de ingerir alimentos”.
Trastornos alimenticios durante la cuarentena. (Foto: Gobierno de Edomex)
Para la psicóloga, es importante tener en cuenta las características y comportamientos propios de las personas con trastornos alimenticios. De esta manera, será más fácil identificarlas y ayudarlas a conseguir ayuda.
- Ansiedad: Ya sea por la comida, por cómo se ven o por las situaciones que atraviesan. Lo cierto es que tienden a agrandar los problemas que los aquejan y reaccionan a ellos de forma negativa.
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC): Tienen pensamientos obsesivos y frecuentes sobre sus cuerpos. Y, para alcanzar el resultado que desean, restringen su alimentación, realizan dietas y adoptan comportamientos que llevarán a este fin.
- Estado de ánimo: Las personas diagnosticadas con trastornos alimenticios experimentan cambios constantes de ánimos y, a la vez, evidencian rasgos sumamente impulsivos.
- Baja autoestima: Sin importar cómo se vean, la percepción de sí mismos tiene una carga muy negativa.
- Aislamiento: Tienden a preferir la soledad y a no sentirse muy cómodos en eventos de índole social.
- Distorsión de la imagen corporal: Además de presentar sentimientos con cargas negativas, no son capaces de distinguir con claridad el contexto en el que se encuentran, los sentimientos de otras personas hacia ellas y otras situaciones similares.
- Depresión: Enfermedad que afecta a la salud mental y que muchas veces es tratada de forma independiente y sin considerar el panorama general que puede implicar al originarse por un trastorno alimenticio.
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En el caso de C.P.H.A, la cuarentena ha supuesto una gran presión en su día a día. “Me ha puesto bajo mucha tensión y estrés porque debo pasar todo el tiempo en casa junto a las personas que constantemente critican mi cuerpo y están pendientes de mi alimentación”, detalla.
Una situación que también repercute en la salud física de las personas que sufren de estas enfermedades. De acuerdo a esta joven, al inicio del estado de emergencia tuvo que dejar de realizar las actividades físicas que se habían vuelto parte de su rutina para lidiar con la anorexia.
La representante de Renascentis, centro de salud especializado en tratar patologías alimentarias, señaló que el aislamiento social puede llevar a agudizar la depresión en las personas con estas enfermedades. Así como generar conflictos en la dinámica familiar, alterar horarios de sueño y alimentación y ocasionar cuadros de estrés al punto en que se presenten ataques de pánico y ansiedad.
Trastornos alimenticios durante la cuarentena. (Foto: Área Humana)
Pese a encontrarse en medio del tratamiento para combatir la bulimia, M.A.F.S. confesó que a inicios de la cuarentena empezó a sentirse “muy ansiosa” y sufrió recaídas. “A veces me levanto y me miro al espejo y pienso que estoy gorda, pero soy consciente que esos son comportamientos que deben parar”, detalló.
Existen algunas acciones que pueden alertar a los familiares de quienes sufren de estos trastornos alimenticios, sobre todo durante situaciones que generan estrés en ellos. La especialista en estas enfermedades acotó las siguientes:
- Se somete a dietas constantes y, cada vez, más selectivas.
- No quiere compartir la mesa.
- Usa laxantes de forma desmedida.
- Cae en el patrón de comer por ‘atracones'.
- Usa cremas y pastillas reductoras.
- Evita comer cuando hay alguien presente.
- Manifiestan rituales al momento de ingerir los alimentos (Muy rápido o muy lento, juegan con la comida)
- Insatisfacción constante con su cuerpo.
- Utiliza el baño luego de cada comida.
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Muchas personas que sufren de patologías alimentarias tienen la errónea idea que estas no pueden ser curadas del todo. Sin embargo, los especialistas señalan que esto sí puede ocurrir con el tratamiento adecuado.
“Los trastornos alimenticios, pese a que los padres lo intenten, no se curan con amor. La única forma de superarlos es a través de la psiquiatría, la psicología, tratamiento médico-clínico y terapia de grupo”, detalló la psicóloga de Renascentis.
Karina Segura Nuñez reiteró que los trastornos alimenticios tienen secuelas muy profundas y variadas en la salud física y emocional de quienes los padecen. Sin embargo, detalló las más comunes y que deben ser tratadas a tiempo para evitar consecuencias letales.
- Implicancia del sistema digestivo.
- Taquicardias que pueden derivar en convulsiones o paros cardíacos.
- Osteoporosis a temprana edad.
- Deshidratación severa.
- Fatiga crónica.
- Depresión severa.
- Autolesiones.
- Miedo a la responsabilidad.