La gestión del mandatario Pedro Castillo se tambalea tras su renuncia al partido que lo llevó al sillón presidencial (Perú Libre). Si bien la relación entre Castillo y Vladimir Cerrón no era de las mejores, el gobernante contaba con el respaldo de una organización política; sin embargo, esta situación ha llegado a su fin.
Según el especialista en comunicación política y director de Vox Pópuli, Luis Benavente, Castillo se encuentra en una situación complicada en la que está pasando por alto la necesidad de establecer acuerdos y tener aliados.
“Él gradualmente ha ido perdiendo una serie de apoyos que tenía.(...) perdió a la izquierda que la tenía de su lado; perdió a la Iglesia Católica; perdió a los medios de comunicación que lo respaldaron en la carrera electoral; ahora está perdiendo a Perú Libre”, refirió.
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Esta ausencia de apoyo se mostraría inicialmente como un desbalance ante el Legislativo; se debe tener en cuenta que el Congreso ha mostrado un claro rechazo hacia el Gobierno de Castillo desde sus inicios.
Ante ello, Benavente concibe que su permanencia como jefe de Estado es uno de los principales puntos por los que preocuparse.
Pedro Castillo
“Lo primero que uno puede pensar es que esto, en el proceso político actual, puede conducir directamente a facilitar el terreno de la vacancia, que tampoco es un camino fácil de llegar”, comentó Benavente ante este escenario.
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Además, la politóloga Marylia Cruz consideró que su salida “implica definitivamente un relativo cambio entre las fuerzas del Congreso y el apoyo a Pedro Castillo”. “Perú libre se ha dividido ya en varias oportunidades. Tenemos la bancada en el Congreso que tiene que ver más con una índole magisterial, que creo que sería el único apoyo en el Legislativo que tendría”, adicionó.
La experta hace referencia a la bancada del bloque magisterial de Concertación Nacional, que le podría asegurar al presidente un total del 10 votos en el Parlamento, pero estos no serían suficientes para poder confirmar su permanencia en el cargo.
Así también lo concibe Alonso Cárdenas, docente de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, quien señaló que, aparte de esta bancada, se “tendrían que revisar las concepciones con otros grupos parlamentarios, como Alianza para el Progreso o Podemos Perú, para tratar de mantener ese núcleo de 44 congresistas que evite la vacancia, pero el tema de fondo ya es como dar manotazos de ahogado”.
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Marylia Cruz coincidió con Cárdenas al aseverar que el distanciamiento entre Castillo y Cerrón puede atraer a una tendencia a establecer alianzas con otros partidos. No obstante, la experta precisa que esta situación le es más concerniente al titular de la PCM, Aníbal Torres.
“Esa función la tiene, un poco más que el presidente, el premier; y ahí mi preocupación es si el premier actual podría tener la facilidad de hablar con el Congreso. Conversar, por ejemplo, con Alianza para el Progreso, conversar con Podemos, entre otras”, mencionó la especialista.
Esta posición también la comparte Luis Benavente, quien definió a Torres como un político que “no tiene mucha capacidad negociadora”.
Para Benavente, el primer ministro “no sabe negociar, no entiende lo que es negociación política, no le interesa, no le importa. El agotamiento que tiene es fuerte”. “Yo creo que el presidente tendrá que ver la opción de cambiar a Aníbal Torres, que ya cumplió su ciclo; ya hizo lo que tenía que hacer, ya no da para más”, adicionó.
De darse este caso y Torres tenga que salir de la PCM, Cruz concluyó que se debería prestar una especial atención al nuevo primer ministro elegido, ya que es importante ver qué acciones tomará Castillo de ahora en adelante, puesto que no estará sometido a presiones del partido político del que se aleja.
La dinámica entre Legislativo y Ejecutivo va a tener que ser más abierta ante las bancadas, para Cruz. “Conversar con bancadas que quizás puedan respaldar no solamente los proyectos del Ejecutivo, sino tratar de frenar algunos proyectos de ley que puedan ir en contra de su Gobierno”, debería ser un nuevo ejercicio que debe emplear el jefe de Estado.
Esta idea es complementada por Benavente, quien apunta que estos dos poderes tienen algunos puntos en común a tratar, como es el caso de la ley que busca penalizar la filtración de investigaciones Fiscales, o en leyes que ya hemos visto como los proyectos de ley que van en contra de la equidad de género o la ley que debilita a la Sunedu.
La aprobación o rechazo de estas normas “dependerán del tema que está en juego en cada uno de esos proyectos.(...) Yo creo que pueden salir algunos, pero de hecho que es un Gobierno con menos fuerza política en el Congreso”, concluyó.
Expertos advierten que el uso constante de canales de comunicación insuficientes por parte del jefe de Estado y representantes del congreso se debe al debilitamiento institucional de nuestro país. Foto: Composición de Fabrizio Oviedo / GLR