Los oficiales del Equipo Especial de la Policía Nacional apelaron a los familiares del exsecretario presidencial Bruno Pacheco Castillo, para convencerlo de que entregarse a las autoridades era lo más conveniente si de preservar su integridad personal se trataba, de acuerdo con fuentes de La República relacionadas con la operación policial.
Los agentes recibieron información de que Pacheco estaba en contacto con algunos de sus familiares, a quienes informaba de su preocupante estado de salud, la que se había agravado por su condición de prófugo de la justicia.
Los familiares contactados por el Equipo Especial estaban de acuerdo en que era preferible que Bruno Pacheco se entregara, siempre que las autoridades le garantizaran plena seguridad.
“Convencer a Bruno Pacheco no fue fácil para el Equipo Especial, porque no tenía confianza en la Policía Nacional ni tampoco en sus órganos de inteligencia. Temía que su entrega sería revelada a sus enemigos, quienes, según alegó, querían silenciarlo para que no hable”, informaron las fuentes.
A Bruno Pacheco se le explicó que el Equipo Especial de la PNP, bajo la coordinación del coronel Harvey Colchado, e integrado por los coroneles Walter Lozano, Franco Moreno y Luis Silva, no tenía ningún vínculo con el gobierno y que respondía las Fiscalías Contra la Corrupción del Poder.
“Se le indicó que éramos de un nuevo equipo y de una nueva fiscalía. También se le ofrecieron garantías para él y sus familiares. Y se le recomendó que se sometiera a la colaboración eficaz para que recibiera la protección necesaria. Pero Pacheco no quería porque temía que su caso se filtrara e intentaran matarlo. Sentía una amenaza real contra su vida”, precisaron las fuentes consultadas.
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“Estoy cagado y estresado por esta situación. Soy diabético e hipertenso y estoy con el colesterol altísimo. Y tengo problemas urinarios”, se quejó Bruno Pacheco ante los agentes del Equipo Especial.
Gestión. El coronel Harvey Colchado se encargó de los contactos con los familiares de Pacheco. Foto: difusión
El exsecretario presidencial estaba muy desconfiado y no quería dar la cara hasta estar seguro de que el Equipo Especial despejara todas sus dudas y le diera la seguridad de que no fuera conducido a un centro penitenciario.
“¡No quiero ir a la cárcel, por favor! ¡En la cárcel me van a matar!”, dijo Bruno Pacheco a los miembros del Equipo Especial.
Finalmente, el sábado 23 de julio, en horas de la mañana, un representante legal de Bruno Pacheco presentó un escrito al fiscal Raúl Martínez Huamán, del equipo de las Fiscalías Contra la Corrupción del Poder. Pacheco pidió la variación de su situación jurídica, a cambio de someterse al proceso de colaboración eficaz.
Luego el fiscal Raúl Martínez solicitó al juez de Investigación Preparatoria, Manuel Chuyo Zavaleta, una audiencia virtual con Bruno Pacheco. El exsecretario entonces pidió la colaboración eficaz, si es que le daban arresto domiciliario.
“Señor juez, quiero dar toda la información, pero tengo miedo. No quiero ir a la cárcel, porque me pueden matar. Además estoy enfermo y la cárcel podría empeorar mi situación”, explicó Bruno Pacheco con una voz apagada, según los testigos.
“Quiero la detención domiciliaria y desde allí diré toda la verdad, señor juez. Estoy arrepentido y quiero colaborar con la justicia”, continuó el exsecretario presidencial de Pedro Castillo.
Ese mismo día, sábado 23 de julio, el juez Manuel Chuyo emitió una resolución con su firma al jefe de la Policía Judicial y de Requisitorias, ordenando el levantamiento del mandato de ubicación, captura y conducción de ciudadano Bruno Pacheco Castillo.
Toda la diligencia se hizo en estricta reserva, por lo que el Equipo Especial se comprometió a no informar a sus superiores.
A las 11 y 15 de la noche del sábado 23 de julio, Bruno Pacheco fue recogido por el Equipo Especial por inmediaciones de un grifo en el distrito de Chorrillos.
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“Tenía el rostro desencajado y miraba por todos lados. Vestía un pantalón negro y casaca azul”, señalaron las fuentes.
Una vez en manos del Equipo Especial, Bruno Pacheco alegó estar muy enfermo y que debido a su estado de salud decidió colaborar con la justicia.
“No tenía otra salida”, comentaron los agentes.
Pacheco ha prometido que no solo entregará a las Fiscalías Contra la Corrupción del Poder información sobre los casos en los que se encuentra involucrado, como la licitación del Puente Tarata III, la repartición de obras públicas del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, las actividades del grupo de congresistas conocidos como Los Niños y el pago de sobornos a cambio del ascenso de grado de general en la Policía Nacional; también revelará otros episodios de corrupción en el gobierno de Pedro Castillo.
Presencia. Coronel Franco Moreno fue parte de operativo. Foto: difusión
El Equipo Especial de la PNP ha iniciado la verificación de la información que ha comenzado a proporcionar Bruno Pacheco, por lo que no se descarta que se produzcan detenciones de funcionarios públicos vinculados a presuntos actos de corrupción.
Las operaciones incluirán municipios provinciales, cuyas autoridades también concertaron pagos ilícitos de contratistas del Estado a cambio de la adjudicación de obras públicas.
Las detenciones alcanzarían a generales de la Policía Nacional quienes, según Bruno Pacheco, pagaron coimas para recibir el ascenso de grado en el último proceso.
El caso se destapó cuando el teniente general PNP Javier Bueno Victoriano renunció al proceso de ascensos y denunció ante La República el pago de sobornos.
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Este diario reveló que 5 coroneles que visitaron al presidente Castillo y a Bruno Pacheco luego ascendieron de grado: Enrique Goicochea, Roger Pérez, Nicasio Zapata, Manuel Rivera y Jorge Castillo.
Actuación. Coronel Walter Lozano fue parte de la negociación. Foto: difusión
Guerra avisada. El teniente general Javier Bueno Victoriano se presentó ante la Comisión de Fiscalización del Congreso, donde detalló la información con la que contaba sobre el pago de sobornos en el ascenso de grado de general de la Policía Nacional. Y no pasó nada.