Rosangella Barbarán cumplió. Volvió a viajar a Cajamarca, donde trabaja su esposo futbolista, 13 días después de haberlo visitado. La fujimorista, que forma parte del Congreso desaprobado por el 90% de los peruanos, continúa utilizando el dinero del Estado para sus desplazamientos. En ambas ocasiones, la Mesa Directiva presidida por el general (r) José Williams Zapata dispuso de sus recursos ordinarios para solventar los pasajes.
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Expuesto por "Panorama", el primer registro de la parlamentaria que representa a Lima Metropolitana fue del 27 de diciembre del 2022 al 1 de enero del 2023. Aquella vez "se reunió con jóvenes para hablar de la coyuntura y la Constitución". Barbarán respondió al referido dominical que "aprovechó" para viajar porque "podía hacerlo con su hija". Después de mentir al confirmar su abono para el coste, advirtió que iría en aumento su "trabajo político allá".
Así fue. Del 14 al 15 de enero se trasladó al norte de la sierra con la caja del Parlamento. Siendo activa en sus redes sociales, Barbarán no registró publicaciones durante ese intervalo. Recién el 18 de enero informó, fotografía mediante, de su visita a la posta médica de Surco Viejo.
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Según el artículo 7 del referido documento, la fujimorista “debe dar cuenta de los gastos incurridos en el desempeño de sus funciones“. Además, debe ser enfática en “restringir el uso de los bienes y servicios del Congreso para que solamente sirvan a la función parlamentaria“.
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Durante todo el 2020 e inicios de 2023, congresistas de derecha como María del Carmen Alva, Roselli Amuruz, Alejandro Muñante o Ernesto Bustamante, y de bancadas de izquierda como Américo Gonza y Alex Paredes viajaron “representando al Perú“ a diferentes partes de mundo, según Panorama. Los tickets fueron totalmente cubiertos con dinero de los impuestos.