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Política

5 de abril: hace 31 años, Alberto Fujimori dio un autogolpe de Estado para imponer una nueva Constitución

Dictadura copó diferentes instancias del Estado para corromperlas en favor del dúo gobernante: Montesinos y Fujimori.

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Fujimori purga cárcel por delitos de lesa humanidad hechos durante su dictadura. Foto: La República

Memoria funesta. El recuerdo de las calles militarizadas, detenciones arbitrarias y un Congreso disuelto se aviva cada 5 de abril. En 1992, el entonces presidente constitucional Alberto Fujimori decidió quebrar definitivamente el orden que prometió amparar. Alegó un supuesto obstruccionismo del Parlamento para extender su comandancia, pero lo cierto es que tuvo apoyo de las Fuerzas Armadas y los demás poderes públicos. El Gobierno, que empezó con la regularización de la economía y el final de la guerra interna, se convirtió, desde entonces, en una dictadura.

En aquel año, el Senado investigaba las masacres de Barrios Altos y La Cantuta perpetradas por el destacamento Colina. Fujimori nunca pretendió oír a sus opositores, siquiera hacer gestos diplomáticos: la conducta punitiva fue su constante respuesta. El fundador de este medio de comunicación, junto a Gustavo Gorriti y César Hildebrandt fueron algunos de los objetivos de Vladimiro Montesinos y el patriarca del populismo autoritario.

Se vanaglorió de haber "derrotado" al terrorismo; sin embargo, cuando fue capturado Abimael Guzmán estaba pescando en la selva con su descendiente Kenji. Al terrorista lo detuvo el Grupo Especial de Inteligencia del Perú (GEIN), dependencia de la Policía Nacional del Perú (PNP) que Fujimori nunca reforzó.

El golpe de Estado le permitió crear un Congreso Constituyente para la redacción de su propia carta magna. Con base en "interpretaciones auténticas" —práctica de sus adeptos hasta ahora frecuente— pudo reelegirse en 1995. El cierre del Legislativo tuvo una alta aprobación del electorado nacional, así que su victoria frente a Javier Pérez de Cuéllar fue holgada. El exsecretario de las Naciones Unidas era percibido como un diplomático distante de "la realidad" peruana. Por el contrario, Fujimori tenía aceptación entre las clases populares.

Pero quiso ser eterno. Postuló a las elecciones del 2000 junto a un joven Alejandro Toledo Manrique y gastó miles de soles en una maquinaria propagandística. Por ejemplo, se recuerda el "Baile del chino" en las caderas del papá de la ahora congresista Adriana Tudela (Avanza País), el internacionalista Francisco.

Si bien Susana Higuchi denunció el primer escándalo de la dictadura y Vladimiro Montesinos depositó en el Banco Wiese más de tres millones de dólares alegando "cobros en trabajos como abogado", fue Matilde Pinchi Pinchi el perfil clave para que la cúpula caiga. La exsecretaria del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), sede alterna de Palacio de Gobierno durante el fujimorismo, entregó el primer 'vladivideo' a Fernando 'Popy' Olivera. El fortalecido castillo de naipes se derribó.