Por: Rolando Luque, Defensoría del Pueblo
Dialogar en estas circunstancias es muy difícil. En medio de la crisis, los que menos aparecen son personas con vocación o interés por el diálogo, porque estamos en medio de la protesta, que el jueves se expresó en una marcha de alrededor de 7.000 personas. Yo estuve allí y no vi ningún cartel que pida diálogo.
Puede haber tres esfuerzos de diálogo, que estén a cargo de organizaciones de la sociedad civil, que intenten reunir a dirigentes para escucharlos. Eso no resuelve el problema, pero puede resultar pacificador.
Un segundo esfuerzo puede estar a cargo de los gobernadores regionales, que son actores democráticos cuyo deber es establecer un puente entre sociedad y Estado.
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Y el tercer esfuerzo es insistir en el espacio del Acuerdo Nacional y fortalecerlo con la participación de otros actores. Es muy valioso porque tiene una participación plural. Allí es donde se podría avanzar en la salida política, que es a corto plazo, y la fórmula que tiene más consenso en este momento es el adelanto de elecciones, pero hay una discrepancia sobre el plazo, y debe discutirse de una vez si serán este año o el 2024.
Por: Jennie Dador, coordinadora Nad
Hay que generar las condiciones para establecer el diálogo, que pasa por desmilitarizar los territorios, pedir perdón de una manera sincera y no como hasta ahora se ha hecho, señalar la responsabilidad política y que vaya acompañado de los cambios de los mandos militares en las zonas donde se produjeron las masacres, así como de las cabezas de los ministerios de Defensa y del Interior.
Y no pensar que vas a ir a dialogar con la idea tradicional de representación política que teníamos, donde existían partidos que eran los canales de la sociedad, pero sí existen organizaciones y movimientos, así como líderes locales de distintos sectores y gremios, que pueden ser sociales o de movimientos ambientales, o de bancos comunales o comerciantes. Hay distintas agrupaciones según cada territorio.
Y hay que incorporar a los Gobiernos regionales que son nuevos y no están manchados de corrupción.
Pero el diálogo tiene que ser en cada región, no trayéndolos a Lima, y en espacios que les generen confianza.
Además, hay que acabar con el ‘terruqueo’, porque ellos no aceptan de ninguna manera que los equiparen con terroristas.
Por: Lorenzo Castillo, Junta Nacional del Café
Hay una estructura de poder que concentra un enfoque de discriminación de la economía popular, y la concentra en los grupos de poder que son tradicionales gestores del Estado, y que están en el Congreso y el Ejecutivo, que tienen un enfoque represivo y no de diálogo. Ambos tienen que entender los motivos históricos de las protestas.
Para iniciar el diálogo se requiere adelantar las elecciones para este año, como una muestra de voluntad de cambio. El diálogo funciona cuando hay real voluntad de cambio. Además, es urgente que se establezca una mesa de trabajo para implementar demandas históricamente no atendidas que tienen que ver con mejores condiciones de vida a partir del desarrollo sostenido de la producción agraria, y que están debajo de la gran movilización de campesinos.
En el caso de los cafetaleros, tenemos el tema de la legislación tributaria y el acto cooperativo, así como la reconversión de la caficultura, que permita adaptarse al cambio climático y las exportaciones de café cero carbono a Europa. El año pasado fue bueno el precio del café, pero para el 2024 van a bajar y eso volverá a generar crisis para los productores del principal cultivo de la Amazonía.
Por: Pedro Barreto, Cardenal del Perú
Ayudará mucho que todos podamos aprender a escuchar. Hay muchas familias que están llorando la muerte de sus seres queridos y centenares de heridos. Todo esto nos hace entender que tenemos que aprender a dialogar, escuchando a esa población que de manera histórica ha sido postergada en sus justos reclamos.
Pero hay un requisito fundamental, y es que estemos dispuestos a dialogar, a ceder en lo que se puede, y hay que dialogar con respeto y buscar juntos la verdad, que no es mía ni de otros, sino de todos.
Es muy importante que la sociedad en su conjunto actúe, pues la problemática del país no se puede solucionar solo desde el Ejecutivo y Legislativo. Juntos hay que encontrar una solución que sea la mejor para el país. En este momento creamos fronteras y muros que impiden el diálogo verdadero.
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Es verdad que, cuando se está indignado y se tiene rabia contenida ante acontecimientos que se consideran injustos, no es fácil dialogar; pero tenemos que aprender de los acontecimientos dolorosos a reflexionar hacia dónde nos estamos yendo como país: al abismo. Y los más pobres son los más afectados.
Por: Miguel Cabrejos, Conferencia Episcopal
Los obispos del Perú vemos con mucho dolor la dura confrontación política y social en nuestra patria. Lamentamos la violencia desatada porque genera más violencia. La muerte de más de 50 hermanos es una profunda herida en el corazón de nuestro pueblo, así como el sufrimiento de los heridos civiles y policías.
Esto nos exige decididamente cambiar el rumbo. Queremos la paz.
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No pueden quedar impunes las atrocidades que han enlutado al país. Se debe investigar con celeridad, individualizando y sancionando a los responsables.
Basta de promover polarizaciones. No más enfrentamientos. Esta situación exige diálogo, escucha y decisión. Es el momento de que se comprometan responsablemente las autoridades y todos los actores políticos para que podamos encontrar una vía consensuada para salir de esta grave crisis.
Asumamos el compromiso de reconstruir el Perú, e invocamos a la sociedad civil a que asuma su responsabilidad y compromiso.
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Como obispos, ofrecemos una vez más nuestro servicio para mediar y para construir puentes de encuentro.
Por: Eduardo Concha, Concilio Evangélico
Se tiene que identificar quiénes van a conversar. Por el lado del Estado se sabe quiénes participarían, y también es importante que se identifique a los representantes de los manifestantes que podrían sentarse en una mesa.
El diálogo tiene que apuntar a un acuerdo, por lo que ambas partes tienen que estar dispuestas a sacrificar sus posiciones. Si no, será muy difícil que se llegue a un acuerdo.
Es necesario que el diálogo se dé en un ambiente de paz, y, para que este diálogo sea propicio, se debe deponer las actitudes violentas. Creo que la iniciativa tendría que venir de parte de los manifestantes, que ya se hicieron notar, no solo para el Perú sino para el mundo entero.
Se necesita una tregua, porque en este ambiente de tensión es muy complicado sentarse a conversar. Dos personas que están con la mano en el arma y el dedo en el gatillo, es una condición muy precaria para dialogar y llegar a acuerdos. Hay que estar dispuestos a sacrificar las posiciones.
Este es el momento de que ambas partes se sienten a conversar, en una mesa en que estén el Estado y la población con sus reclamos y descontentos, que son justos por tantos años de olvido.