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Política

Fernando Tuesta: “El Congreso no tiene el menor propósito de adelantar las elecciones”

El exjefe de la ONPE y expresidente de la Comisión de Reforma Política alerta de que, al no tener bancada, Boluarte dependerá del apoyo de la población.

larepublica.pe
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—La caída de Castillo no parece haber solucionado la crisis, pues hay protestas, especialmente en provincias, pidiendo adelanto de elecciones…

—Es una expresión del sector que, obviamente, se siente desplazado, y que se esperaba que se iban a movilizar, pero no estoy tan seguro de que tenga la contundencia para que cambie el rumbo actual de los acontecimientos.

—Pero la presidenta dice que podría darse si la situación lo amerita, y conversando con las bancadas. ¿No es un retroceso de su primera declaración?

—Tiene que ponerse en todos los escenarios porque no tiene una posición de ventaja, y quizás también es un mensaje para apaciguar los ánimos más encendidos. Dina Boluarte, en su primer mensaje, dejó claro que ella tenía la pretensión de quedarse hasta el 2026, como constitucionalmente se determina, pero tres años y medio, en el contexto del caso peruano, parece un largo plazo. Resulta difícil imaginarse que un gobierno, obviamente con un presidente inicialmente débil, como ha ocurrido en los casos precedentes, pueda permanecer, sobre todo con el mismo Parlamento que ha tenido un desempeño de una oposición dura y en algunos casos obstruccionista.

—Como la presidenta no está en la mejor posición, pues no tiene bancada, para quedarse tendrá que ceder a lo que diga el Congreso…

—Cada facción del Parlamento, que son muchas, trata de posicionarse en función de la capacidad que tiene para oponerse o coaligarse, más aún con una presidenta que carece de vínculos con partidos políticos, organizaciones sociales, movimientos, etc. Según el comunicado de Cerrón, Perú Libre le está diciendo “no vamos a participar” en ningún gabinete ni en ningún tipo de encuentro, que es una actitud de presión. Cerrón sabe, además, que con la caída de Castillo ha perdido todo en el Gobierno, y eso es puestos claves en diferentes sectores. Y lo que va a ocurrir, y no puede ser de otra manera, es que Dina Boluarte tiene que limpiar el aparato del Estado porque las personas que colocaron son incompetentes. Ha habido un nivel de clientelismo muy expansivo, pues algunos de ellos, incluso, están comprometidos con actos de corrupción. Ahí tiene que haber una limpieza del aparato del Estado y eso coloca a Perú Libre en una posición más distante al Gobierno. Y sus 15 congresistas en un Congreso cualquiera no es mucho, pero en uno fraccionado sí es un número respetable.

—¿El comportamiento del Congreso de querer atribuirse la caída de Castillo no lo deslegitima aún más?

—El Congreso está muy fraccionado, y aunque tenía una inclinación opositora muy dura al gobierno de Castillo, no lograban vacarlo con esta figura de manera desnaturalizada, pero tampoco lograban abrir una vía constitucional de modificación para que un presidente acusado de corrupción pueda comparecer. Probablemente, esta vez tampoco iba a conseguir el número suficiente para vacar a Castillo, así que es probable que no lo hubieran logrado si a Castillo no se le hubiera ocurrido este intento fallido de golpe. Y es también un Congreso errático, pues ha coincidido con el Gobierno en aspectos antirreformistas, conservadores, y ahora aplaude porque se va Castillo y se quedan ellos.

—Pero en cualquier momento pueden vacar a la presidenta, como hicieron con Vizcarra, si no les gusta cómo actúa…

—No creo que sea tan fácil. Hay un sector de la ciudadanía que se moviliza, que es pequeño, pero está convencido de que se comete una injusticia (con Castillo), y un sector de la ciudadanía expectante, que seguramente se verá en las encuestas, que apoya la salida de Castillo, pero reprobaría la salida de Boluarte por parte de un Congreso desacreditado, como ocurrió con Merino-Vizcarra. Todos aprenden de la experiencia, y los congresistas saben que tienen un rechazo ciudadano. Una salida de Boluarte, por cualquiera de las figuras, lleva a que asuma el presidente del Congreso, y eso sí podría desatar el rechazo ciudadano. Aunque eso dependerá de lo que haga la presidenta y de su posicionamiento, no solo ante las bancadas, sino de cara a la ciudadanía. Tiene que empezar a gobernar, lo que no ha hecho Castillo, porque hay abandono de distintos sectores, cuando no retrocesos, y otros están erosionados por la larga lista de personal que ha ingresado a trabajar, no solo sin los requisitos requeridos, sino porque han ido a asaltar al Estado.

—Ante el descrédito de la ciudadanía frente al Congreso, ¿no es mejor que haya un adelanto de elecciones?

—Una cosa es que uno puede considerar que es mejor, y otra cosa es lo que sucede en realidad. Los principales actores políticos son de un lado el Gobierno, y del otro, el Congreso. Dina Boluarte intentará quedarse, y espera que le irá bien y se quede en la Presidencia hasta el 2026; y por otro lado está el Congreso, que no tiene el menor propósito de adelantar las elecciones. Para ellos, el problema solo era Castillo. Claro que tienen intereses, algunos personales en términos de ingresos y estatus, y otros porque son canalizadores de intereses mercantilistas o de mafiosos. Entonces, pedirles que sean responsables y reformen la Constitución para que haya adelanto de elecciones, es en vano, no lo van a hacer a no ser que se sientan en una situación límite en que no hay otra manera.

—¿Que lo presione la calle?

—El Congreso solo lo hará si es obligado por circunstancias que lo lleven a esa decisión, como una crisis generalizada o un encuentro de poderes, en el que nuevamente cae el Gobierno, pero la ciudadanía no acepta que lo encabece quienes están vinculados a una oposición enconada.