Consecuencias. Fernando Tuesta, Aldo Panfichi y Carlos Tapia afirman que renuncia de ministros es un triunfo de la oposición pero aclaran que nadie podrá capitalizar ese logro. Dicen que a primer ministro le quedaría poco oxígeno., Ana Núñez/ Uno de los daños colaterales de la casi forzada renuncia de los ministros del Interior, Daniel Lozada, y de Defensa, Alberto Otárola, sería el debilitamiento del premier Óscar Valdés, por haber sido quien los convocó para ejercer esos cargos y porque aun después de la crisis defendió su permanencia en éstos, consideraron diferentes analistas. Fernando Tuesta, director del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, recordó que el jefe del gabinete no solo se pronunció a favor de la permanencia de los hoy renunciantes ministros, sino que "puso el pecho" ante una situación que hoy lo perjudica. Agregó que si no hay sobresaltos ni se agudizan los conflictos sociales, Valdés podría permanecer en su cargo hasta el 28 de julio (cuando se estila realizar cambios ministeriales), pero no más allá de ese mes. "Óscar Valdés es un ministro que envejeció rápidamente y que no ha sido capaz de desarrollar una política con la que se anunció superaría la del gabinete Lerner", dijo. Tuesta opinó que la salida de Lozada y Otárola es una derrota para el gobierno, y añadió que aunque una censura de los renunciantes ministros hubiera sido más grave, "el propio gobierno alargó una situación de agonía al mantenerlos varios días cuando había una posición casi unánime que hacía insostenible esa situación". Según el sociólogo Aldo Panfichi, la renuncia de los ministros se debe entender como "un primer llamado de atención al régimen de que no debe pensar que la aprobación del gobier1no de Humala es una cifra inamovible y por tanto no debe dormirse en sus laureles". Panfichi afirmó que la salida casi obligada de Lozada y Otárola es un triunfo de la oposición, pero ninguna agrupación podrá capitalizar esta situación porque había una posición unánime al respecto. Sobre la situación del premier Valdés, explicó que si bien queda debilitado porque en lugar de tomar distancia con los cuestionados ministros prefirió avalarlos y alinearse con ellos, no considera que esta situación sea motivo para removerlo del cargo. Carlos Tapia discrepó de Tuesta y Panfichi porque él no cree que la renuncia de los ministros debilite al gobierno. "Por el contrario, mientras más tiempo hubieran permanecido, más daño le hubieran hecho", dijo, y anotó que tampoco hay que aplaudir la renuncia, pues lo hicieron porque no tenían otra alternativa. Finalmente, dijo que el liderazgo de Valdés queda debilitado no solo porque ratificó a los renunciantes ministros –a quienes colocó en el cargo–, sino porque puso su cargo a disposición en previsión de la salida de sus ministros. Claves En más de una ocasión el premier Óscar Valdés ratificó la permanencia de Lozada y Otárola, y señaló que sacarlos del gabinete solo fortalecería al terrorismo. En los últimos días, el primer ministro reveló que había puesto su cargo a disposición de Humala ante la crisis política generada tras los hechos en Kiteni.