El Ejército se encuentra entre la espada y la pared: Aduanas notificó al instituto castrense sobre la situación de cinco tanques chinos MBT-2000 que ingresaron en el Perú en noviembre del 2010 en condición de importación temporal. El Ejército debe optar por la nacionalización de los vehículos blindados, lo que implica un pago de aranceles que alcanzaría los US$ 8.5 millones; o por la reexportación o devolución de los carros de combate a su propietario, la empresa estatal china Norinco. El instituto armado no está en condiciones de elegir ninguna de las dos alternativas porque en cualquier caso demanda un gasto que no puede cubrir, debido a que el Ejecutivo le ha recortado en 162 millones de soles el presupuesto que le había asignado para el 2011, confirmaron fuentes militares.
Los vehículos Main Battle Tank (MBT) de la serie 2000 desfilaron el 8 de diciembre pasado por las calles de Lima. El presidente Alan García y su ministro de Defensa, Rafael Rey Rey, anunciaron que el gobierno decidió reemplazar a los antiguos T-55 soviéticos por los modernos MBT-2000. “La compra del tanque chino es una decisión política”, le dijo Rey a La República el 11 de diciembre pasado. Se iba a pagar US$ 4.7 millones por vehículo.
Sin embargo, el 6 de abril de este año, el propio Rey comunicaría la suspensión indefinida de la firma del contrato con Norinco. Rey arguyó que en lugar de los blindados se gastaría el dinero en helicópteros de combate y de transporte para que operen en el valle de los ríos Apurímac y Ene (Vrae). Así comenzaron los problemas. Los chinos se molestaron con el gobierno peruano por su falta de determinación y de palabra.
Enviaron sendas cartas de protesta al Ministerio de Defensa, pero no consiguieron que el Ejecutivo cambiara de opinión. Los chinos rechazaron la devolución de los cinco MBT-2000 y pidió que el gobierno los comprara en oferta por US$ 19 millones. Palacio de Gobierno desestimó la propuesta y aseguró que los devolvería inevitablemente porque la resolución es no adquirir dichos vehículos de combate. Ha transcurrido más de medio año y los tanques lucen abandonados en los almacenes de la 18ª Brigada Blindada, en el Rímac, indicaron fuentes castrenses.
Los chinos han terminado por aceptar la devolución. Sin embargo, los gastos de transporte de los tanques desde el Rímac hasta el puerto del Callao, así como el despacho por vía marítima hasta China, implica un desembolso de aproximadamente US$ 10 millones.
El Ejército no cuenta con presupuesto ni para pagar los 450 mil soles que demandaría trasladar los vehículos al Callao, y mucho menos podría comprarlos porque por decisión política se ha resuelto gastar en otro equipamiento.
Además, fuentes de la institución armada informaron que el Ejército ha sufrido en el 2011 un recorte de 162 millones de soles.
La reducción ha afectado fundamentalmente los gastos en mantenimiento del equipamiento bélico (23 millones de soles), entrenamiento de la tropa (18.5 millones de soles), el pago de seguro aéreo y terrestre (15 millones de soles), en capacitación del personal especializado (6.2 millones de soles) y en el examen médico anual que reciben todos los efectivos (2.8 millones), entre otros rubros vitales. Este año en el Ejército ningún efectivo será evaluado por un facultativo debido al recorte presupuestal.
Fuentes de Aduanas confirmaron que el Ministerio de Defensa y el Ejército solo tienen dos opciones: nacionalizar los MBT-2000 o retornarlos. ¿De dónde saldrá el dinero para hacer lo uno o lo otro?
En abril último, el comandante general del Ejército, general Paul Da Silva Gamarra, informó por escrito al ministro de Defensa, Jaime Thorne, que Aduanas señaló como plazo el 13 de mayo para recibir una respuesta sobre la nacionalización o la reexportación de los blindados chinos. Fuentes de Aduanas indicaron que el Ministerio de Defensa y el Ejército han recibido un nuevo plazo.
Las fuentes militares señalaron que la resolución del caso corresponde al Ministerio de Defensa porque dicho despacho gestionó con la empresa estatal china Norinco el internamiento de los cinco tanques MBT-2000. La compañía china esperaba que dichas unidades formarían parte del total de vehículos que compraría el Estado peruano. El Ejército proyectaba incorporar al menos 120 tanques, por alrededor de US$ 564 millones.
Fue el Ejecutivo el que finalmente resolvió la no adquisición de los carros de combate chinos y, en consecuencia, debe definir el destino de los cinco MBT-2000.
Uno de los factores que desalentaron al gobierno la adquisición de los tanques chinos fue la verificación de que el motor y el sistema de transmisión eran de fabricación ucraniana. China no contaba con autorización de Ucrania para reexportar dicha tecnología al Perú, lo que motivó desavenencias.