Riesgo. Juristas advierten que se está desprotegiendo a la sociedad. Javier Alva Orlandini y Heriberto Benítez advierten que algunos fallos pueden tener consecuencias lamentables. María Elena Castillo. Las recientes sentencias del Tribunal Constitucional (TC), como las del caso del abogado Abanto Verástegui y el del general Walter Chacón, son preocupantes porque podrían desproteger a la sociedad, advirtieron diversos analistas jurídicos. Javier Alva Orlandini, ex presidente del máximo poder constitucional, sostuvo que ambos fallos son “inquietantes” pues, si bien la Constitución establece que la libertad es un derecho fundamental del ser humano, las sentencias deben tener en cuenta también si se está desprotegiendo a la sociedad. “Estas sentencias pueden dar lugar a que se limite indebidamente la autonomía del Ministerio Público, que es el que tiene a su cargo la investigación del delito y la acción penal. Pero, adicionalmente, sería peligroso pues hay un gran porcentaje de reclusos sin sentencia y que podrían acogerse a estos criterios dados por el tribunal”, alertó. Por su parte, el abogado Heriberto Benítez señaló que estas sentencias, así como la de El Frontón, que permitió la prescripción de la investigación a solicitud de uno de los denunciados, ponen en grave riesgo la lucha contra la corrupción y la violación de los derechos humanos. “Hay que defender el Tribunal Constitucional como institución porque es uno de los pilares de la democracia, pero es un gran riesgo cuando los magistrados dictan fallos preocupantes, como los que acaban de dar, para no caer en el juego de los corruptos y violadores de derechos humanos”, manifestó. Rumbo a la arbitrariedad El abogado del Instituto de Defensa Legal, Juan Carlos Ruiz, sostuvo que desde el 2007 se ha producido un cambio en las sentencias del Tribunal Constitucional y se ha comenzado a dictar fallos sin la debida sustentación. Dijo que, en el caso de Chacón, el tribunal cometió un exceso al apartarlo del caso pues, si bien ha habido un exceso en el tiempo de investigación, los magistrados pudieron haber señalado un plazo prudencial o darle comparecencia simple. “Cuando las sentencias tienen una fundamentación débil, como en los últimos casos, comienzan a ser arbitrarias”, aseguró.