
Desde el minuto número uno del asalto terrorista a la residencia del embajador japonés Morihisa Aoki, el periodista mexicano de la cadena británica WTN, Miguel Real Fierros, cubrió la evolución de los hechos para todo el mundo. Real tenía una gran ventaja respecto a los miles de reporteros que arribaron a Lima para informar sobre la acción del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que había puesto en jaque al régimen de Alberto Fujimori, su asesor Vladimiro Montesinos y el general Nicolás Hermoza. Miguel Real era corresponsal extranjero en la capital desde 1990, por lo que conocía bien la ciudad, vivía y tenía cerca su oficina, lo que le permitió alquilar la azotea del edificio de la avenida Dos de Mayo N°1754. Se instaló estratégicamente con su equipo a una sola calle del lugar de los hechos, desde donde conseguía una vista privilegiada de la casona capturada. Pero no solo eso.
“Tenía una comunicación diaria con Néstor Cerpa Cartolini, el jefe de los emerretistas. Fue Cerpa quien el seis de marzo de 1997 me comunicó sobre la excavación del túnel porque hablábamos por una radio de onda corta. Me dijo que haría un pronunciamiento anunciando la suspensión del diálogo porque el túnel era un indicativo de que Fujimori había optado por la solución violenta. Grabamos su manifiesto y lo difundimos como una noticia el mismo seis de marzo. WTN fue el primer medio que divulgó la declaración de Cerpa sobre el túnel”, relató Miguel Real a La República.
El 31 de diciembre, 14 días después de iniciada la crisis de los rehenes, el líder terrorista Néstor Cerpa, como muestra de su interés por sentarse a una mesa de diálogo, improvisó una conferencia de prensa en el interior de la residencia japonesa, con la participación de periodistas nacionales y extranjeros. Los periodistas de WTN aprovecharon para dejar una radio de onda corta, con la idea de que alguno de los asaltantes se dieran cuenta del aparato e intentara comunicarse.
“El propósito era conseguir información sobre la evolución de los hechos en el interior de la residencia japonesa. Como se recordará, el gobierno de Fujimori era muy hermético y los agentes de los servicios de inteligencia acechaban con frecuencia. Teníamos que obtener noticias más allá de los comunicados oficiales. Felizmente, Cerpa respondió y así se pudo establecer un enlace. Un enlace que concluyó cuando expiró la batería de la radio”, recordó Miguel Real.
Para asegurar la comunicación Cerpa se identificó como “Cero Cero” y Real como “Marlboro”, los cigarrillos favoritos del periodista.
“Sabíamos todo lo que pasaba adentro. Absolutamente todo. Fue así que nos enteramos que se estaba construyendo un túnel. Cerpa y los suyos estaban seguros que el gobierno intentaría un rescate con las armas”, apuntó Real.
Enterado que se le atribuía a La República haber puesto al descubierto la excavación del túnel, el periodista mexicano Miguel Real Fierros fue categórico: “De ninguna manera. Es una mentira. Cerpa nos avisó del túnel. Y consta en la entrevista que le hicimos el seis de marzo de 1997. Decir que La República reveló el túnel es una patraña”, señaló.
Este diario consiguió el audio de WTN que grabó Miguel Real y compartió con Frecuencia Latina, que difundió el mismo seis de marzo. En el registro, se escucha decir a Cerpa:
“Desde hace tres días nosotros hemos venido escuchando algunos ruidos debajo de lo que podría ser el piso de la residencia. Y esto, hoy en la madrugada, se está dando con mayor intensidad. Todo indica, digamos, que existe sin duda, o por lo menos hay la intención, desde nuestro punto de vista, de preparar un ataque militar, utilizando una táctica de ataque externo. (…) Queremos también anunciar que el día de mañana (siete de marzo) no vamos a asistir a las conversaciones en la medida que no creemos que sea correcto que, por un lado, se hable de diálogo y conversaciones, y por otro lado, se está dando este tipo de maniobras, que no es una invención nuestra. (…) O sea, o hay una salida política negociada -que es de la que habla el gobierno-, o una salida militar”.
Para ese momento, algunos medios de comunicación contaban con información propia sobre la excavación, pero que recién publicaron cuando el terrorista Cerpa habló del túnel por intermedio de la cadena WTN. Es falso que La República se anticipó y expuso el plan secreto del gobierno con la intención de alertar al MRTA, como lo confirma Miguel Real, quien fue el que grabó la manifestación de Cerpa.
Como lo señaló en su momento el reportero Edmundo Cruz, autor de la investigación de La República: en la primera semana de febrero confirmó que se había iniciado la construcción del túnel, pero por decisión editorial se esperó la oportunidad de exponer el caso:
“(Se presentó un) dilema ético: en un platillo de la balanza pesaba la verdad y en el otro, la vida. Resolvieron no publicar y embargar la investigación hasta el desenlace de la crisis.Tal decisión fue revisada por La República la mañana de aquel seis de marzo de 1997, luego de que Néstor Cerpa lanzara su denuncia. El secreto había sido revelado por los propios excavadores. Para los periodistas desapareció el dilema ético y se decidió publicar la investigación para confirmar lo que ya era de dominio público. Si alguien alertó a los secuestradores, fueron los propios excavadores y sus responsables”.
Al día siguiente que Miguel Real difundió la grabación de Néstor Cerpa, el siete de marzo de 1997 La República tituló: “El túnel sí existe”. Los periódicos “El Comercio” y “Expreso” hicieron lo mismo con material que obtuvieron sus reporteros sobre la excavación bajo la residencia japonesa.
El resto de los medios reprodujo la versión del gobierno de Fujimori, Montesinos y Hermoza: el túnel no existe, es un invento de los terroristas del MRTA. Por supuesto, la “prensa chicha”, financiada por el régimen, desató una campaña de mentiras digitada por Fujimori y Montesinos desde el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Por ejemplo, el diario “Ajá” tituló: “Cerpa loco ve túnel fantasma. Ya no quiere dialogar porque ‘se le mueve el piso’”.
La República publicó los hechos. Dijo la verdad.
Ahora se sabe que los ruidos se hicieron más perceptibles como parte de la táctica de los militares. En la versión oficial del Ejército sobre el conflicto armado interno, En honor a la verdad (2010), se consigna el relato del general EP César Díaz Peche, quien fue parte de la Operación Chavín de Huántar:
“Más adelante se hizo escuchar adrede los ruidos subterráneos con la finalidad que los rehenes sean colocados en la segunda planta de la residencia: ‘Por eso es que uno de esos días se hizo ruido en los túneles y eso obligó a los secuestradores a subir al segundo piso. Eso es lo que se quería, en realidad (…)’. El objetivo se cumplió. El seis de marzo (de 1997), Cerpa decidió suspender las conversaciones”.
Las represalias del régimen de Fujimori, Montesinos y Hermoza no se hicieron esperar. Las fuentes militares y de inteligencia alertaron a Miguel Real Fierros de que el gobierno estaba preparando una acusación por terrorismo. Otras fuentes le advirtieron que podría ser víctima de un ataque violento. El periodista mexicano tuvo que abandonar el Perú con toda su familia.

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