Dina Boluarte seguirá afrontando una investigación preliminar en la Fiscalía de la Nación por los presuntos delitos de enriquecimiento ilícito y omisión de consignar declaraciones en documento en agravio del Estado, en el marco del caso Rolex. Esto luego de que el juez supremo Juan Carlos Checkley declaró "consentida" la resolución en la que declaró infundada la solicitud de control de plazo que presentó la defensa de la dignataria.
Tal resolución se dio el último 24 de septiembre. Al día siguiente, el 25, se notificó la decisión tanto a la Fiscalía como a la defensa de la jefa de Estado, representada por el abogado Juan Carlos Portugal.
El letrado pudo interponer un recurso de apelación en un plazo de tres días, de acuerdo con el artículo 414 del Código Procesal Penal, sin embargo, no lo hizo. Esto fue interpretado por el juez como una conformidad con la resolución inicial.
Resolución judicial que declara la continuidad de la investigación contra Boluarte. Foto: Poder Judicial
"Habiendo transcurrido dicho plazo sin que la parte haya interpuesto recurso impugnatorio alguno, con las formalidades establecidas en la norma procesal, queda evidenciado su voluntad de no impugnar. Es decir, con dicha conducta procesal se denota su conformidad con lo resuelto; por lo que, corresponde declarar consentida la resolución en referencia", se lee en el documento.
"El plazo establecido por ley ha vencido de forma definitiva e irrevocable, sin que se haya interpuesto recurso impugnatorio alguno, consolidándose así la firmeza de la resolución", agrega.
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En tanto, la presidenta de la Nación, durante su último interrogatorio en la Fiscalía, declaró que no sabía que los relojes eran de alta gama y que para ella siempre fueron "relojes bonitos". Negó haber favorecido a Oscorima con decretos de urgencia a cambio de los relojes. Según sus palabras, los decretos de urgencia no eran exclusivos para Ayacucho, sino que se aplicaban a diversas regiones del país.
Asimismo, indicó que decidió devolver los relojes Rolex a Oscorima porque no eran prácticos. Argumentó que estos relojes automáticos presentaban problemas, ya que se detenían y marcaban horas y fechas incorrectas, lo que resultaba vergonzoso durante actos públicos.