El Congreso de la República realizó su sesión hasta altas horas de la madrugada de este 17 de junio. La reunión de la representación nacional finalizó a las 5.26 a. m. Entre los temas que aprobó el Legislativo, destaca uno muy importante: la conformación y nómina de la nueva Comisión Especial, que será la encarga de designar al próximo titular de la Defensoría del Pueblo.
Sin embargo, este accionar del Parlamento ha generado rechazo. Incluso, con anterioridad, el Tribunal Constitucional había exhortado a la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, que no sesione hasta altas horas de la noche por una falta de transparencia.
Ante este panorama, surge la duda si el Congreso podría ser sancionado por ejecutar la sesión durante la madrugada. El constitucionalista Omar Cairo explica sobre ello.
El especialista señaló que, en este caso, el Parlamento no enfrentará ninguna consecuencia legal si es que han transmitido la reunión de la representación nacional a través de sus canales oficiales.
“Las exhortaciones del Tribunal Constitucional son recomendaciones, no son mandatos. Creo que la falta de transparencia en este caso no se configura en la medida que la sesión haya sido transmitida por el canal del Congreso y se haya permitido la presencia de periodistas.”, dijo para La República.
Asimismo, detalló que si el horario del Legislativo permite que se realice las sesiones a esas horas no hay ningún problema por lo que considera que en este caso no existe una falta de transparencia.
Sin embargo, esta actuación del Congreso puede ser interpretada de múltiples formas. Una de ellas es que este accionar refuerza la imagen negativa del Legislativo e incrementa sus índices de desaprobación por parte de la ciudadanía.
La politóloga María Paula Távara sostuvo que la decisión del Parlamento de sesionar de madrugada rememora la década de los noventa, cuando se ejecutaban las sesiones del Pleno durante altas horas de la noche.
“Como ya lo decía el Tribunal Constitucional, es una muestra de poca transparencia y que, además, nos remite a momentos oscuros de nuestra política poco democráticos. En los años 90, se sesionaba de madrugada. Creo que se condice con una actitud que en general se está teniendo: una estación política de tomar decisiones lo más distantemente posible de la ciudadanía”, declaró para este medio.
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Manifestó también que, debido a la hora, la ciudadanía no puede estar pendiente de las decisiones del Parlamento. “Conforme van probando este método, y si no ocurre nada al hacerlo, probablemente nos vamos a encontrar con que se atrevan a colocar normas o leyes cada vez más graves en su decisión”, dijo.
“En general, este Congreso ha logrado tener una pésima aprobación en parte por este conjunto de actitudes autoritarias que no hablan de un Parlamento centrado en la ciudadanía, sino en cómo logro que mis intereses salgan adelante aunque tenga que hacerlo a escondidas”, puntualizó.