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Política

Voto de las regiones del sur se dispersa y la izquierda no tiene la fuerza de antes

¿NUEVOS VIENTOS? Del 2001 al 2011 el sur fue el bastión del voto contestatario o antisistema. En 2016, con Arequipa votando por PPK, esta homogeneidad empezó a cambiar. Los sondeos revelan que el sur se contagia de la apatía nacional.

larepublica.pe
¿NUEVOS VIENTOS? Del 2001 al 2011 el sur fue el bastión del voto contestatario o antisistema. En 2016, con Arequipa votando por PPK, esta homogeneidad empezó a cambiar. Los sondeos revelan que el sur se contagia de la apatía nacional.

Cuando volvió la democracia, tras el decenio fujimorista, el sur tomó partido: votó sucesiva y mayoritariamente por candidatos de izquierda o aquellos que planteaban cambios radicales al modelo económico actual. Aquellos postulantes denominados antisistema. Hubo una suerte de fortalecimiento del izquierdismo o de candidatos que agitaban esa bandera en las campañas políticas.

Desde el 2001 hasta el 2016, los electores del sur –salvo Arequipa en el 2016- votaron en bloque y por una propuesta “antisistema”.

Alejandro Toledo (2001) y Ollanta Humala (2006 y 2011) en su momento encarnaron ello. Aunque después, ninguno cumplió sus compromisos de cambios profundos ni la gran transformación. En 2011, Humala, según los resultados de ONPE, cosechó el apoyo de más del 50% de votos válidos en Cusco, Arequipa, Puno, Tacna, Moquegua y Apurímac. Ese caudal lo puso en segunda vuelta. Verónica Mendoza, en el 2016, logró un caudal en esta parte del país que casi la pone en segunda vuelta. Mendoza venció a Keiko Fujimori por más de 14%. Solo fue derrotada por PPK en Arequipa por 12 mil 772.

Cómo van las cosas

La uniformidad del voto sureño empezó a quebrarse. En el 2016 los arequipeños apoyaron a un candidato de derecha. Los resultados de las elecciones congresales complementarias del 2020 dieron un escenario variopinto. Si bien hubo cabida a la propuesta antisistema con UPP (Antauro) y Frepap también Acción Popular, Partido Morado, APP y Podemos Perú etc tuvieron su espacio.

En el actual proceso, según el IEP, Lescano (17.3%) le saca una ventaja de hasta 8% a Mendoza (8.5%) y Forsyth obtiene 7.8% de respaldo. El sondeo de febrero de Ipsos corrobora estos datos. Mendoza tiene 7%, Lescano1 7% y Forsyth 6%. Las cifras arrojan una enorme indefinición electoral. Las posturas de izquierda fueron reemplazadas por el denominado populismo de Lescano, cuyo partido en la paleta ideológica, parece ubicarse en el centro.

No hay un panorama claro. Y eso podría atribuirse a un empobrecimiento intelectual y programático de la clase política del sur, sostiene el politólogo Alberto Vergara.

Vergara dijo en su oportunidad que en la historia del Perú el sur no solo estaba atado al reclamo sino a su capacidad de construir una plataforma con representación. Era mucho más articulado y decente. No era un reclamo sino de posturas”, anotó.

El periodista Mario Carrión Astete atribuye que esa plataforma lo ocupaba la izquierda que hoy vive un momento critico por falta de unidad, la inmadurez programática, la carencia de cuadros honestos. “Muchos ‘delincuentes’ han estafado la fe y la esperanza usurpando el membrete de izquierdistas”. Y Alberto García sostiene que es este momento es consecuencia también de que “en las últimas tres décadas, el electorado ha expresado una tendencia hacia la indefinición política, es decir, el voto se ha desplazado hacia candidaturas neutras en términos ideológicos y, apostando, al mismo tiempo, por proyectos nuevos”.

Esta es una elección de populismo de izquierda y de derecha

Gonzalo Banda Lazarte

Analista

Tanto el voto que representa Yonhy Lescano como el que representa Verónika Mendoza y hasta Pedro Castillo son votos anti sistémicos. Incluso el voto por Rafael López Aliaga y George Forsyth es populista antisistémico. Claro que en los casos de López Aliaga y Forsyth puede no ser creíble. Lo de Lescano es un populismo más pegado al discurso radical antisistema, porque es desafiar la agenda política tradicional. Lescano pertenece a un partido tradicional, pero es recordado porque se agarraba a cabezazos con fujimoristas y apristas.

Esta es una elección entre un populismo que quiere mantener el sistema y uno que busca romperlo. Hablamos de populismo de izquierda y de derecha, porque el populismo es como un camaleón que se disfraza del color que mejor le quepa.

Mendoza quiere refundarlo todo y quiere un modelo con un Estado más protagonista, pero quizás evita su despunte que sea una izquierda modernista que busca derechos no negociables como el aborto y el matrimonio igualitario, pero el sur a pesar de ser contestario es conservador. Por eso no pega, pues es una izquierda muy barranquina.

info votacion en el sur