“No he venido acá para agradar o desagradar a nadie”, afirma, segura de sí misma, Marianella Ledesma Narváez, presidenta del Tribunal Constitucional, la primera mujer en ocupar dicho cargo. Es decir, en hacer historia.
La magistrada conversó con La República para el suplemento Domingo, diálogo publicado este 1 de marzo. En charla, la titular del colegiado de jueces constitucionales más alto del Perú, denunció el machismo enraizado en la sociedad peruana y el maltrato animal en las corridas de toros, peleas de gallo y otros supuestos “espectáculos”.
Clara como quedó su posición frente a las corridas de toros en el último pleno del Tribunal Constitucional, Marianella Ledesma volvió sobre el tema y comentó a este diario que en esta supuesta clase de espectáculos, latía la barbarie.
“La barbarie se mantiene en las corridas de toros, en las peleas de gallos, de perros y en cualquier acto en el que exista maltrato del hombre hacia el animal”, dijo la magistrada.
Asimismo, señaló que no había derecho alguno que salvaguardara el maltrato animal, y rechazó que esto obedezca a un supuesto “derecho” de algunas minorías.
“Las corridas de toros no son derechos de minorías, no puede haber un derecho de maltratar animales [...] La violencia no tiene protección. Al contrario, la violencia está proscrita. Sin embargo, la lógica que impera acá es que lo proscrito es lo que rige”, sostuvo.
Otro de los temas abordados por Marianella Ledesma fue el caso de las mujeres que son víctimas de violencia, y, en general, del machismo imperante en la sociedad.
Y aunque no suscribió que el Perú sea “un país feminicida", señaló que lo que se debería decir es que en este es “es un país de una cultura machista y que, como consecuencia de esa cultura arraigada, encontramos maltrato contra las mujeres, cuya fase última son los feminicidios”.
“Nuestro mundo social es machista”, señaló. “El machismo parte de que las mujeres tienen determinados roles que cumplir”, añadió inmediatamente.
Así mismo, la magistrada señaló que si el feminismo era “igualdad de oportunidades", ella era, pues, “cien por ciento feminista”.