Otra gran victoria de la lucha contra la corrupción.,Pedro Chávarry ya era un zombi cuando anoche renunció al cargo que ejerció al servicio del fujiaprismo con el fin de blindar a sus líderes frente a la justicia, con el fin de mantenerse en el cargo. Triste y penosa manera esta de Chávarry de llegar a la máxima instancia del MP, pues desprestigió a una institución que es fundamental para la defensa de la legalidad en el país y que él prostituyó al ponerla al servicio de intereses subalternos. Su nombre quedará asociado a lo que nunca debe ser un funcionario que se debe al país y no a particulares. Se le debe destituir como fiscal supremo porque es una vergüenza para el país, y debe enfrentar un proceso vinculado a la obstrucción a la justicia y complicidad con la corrupción, y ojalá que sea castigado, dentro de un proceso pulcro y riguroso, con la máxima sanción posible para que esto sirva de ejemplo de lo que no debe ser un funcionario del estado peruano. Su renuncia ya era cuestión de horas luego de que, creyendo que así servía mejor al fujiaprismo, destituyera a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez y, luego, ante la presión ciudadana –que no para de revelarse como uno de los grandes defensores de la decencia en el país– tuviera que reponerlos. En él no confiaban ni la ciudadanía, ni los fiscales, ni el país, e incluso, el fujiaprismo que tanto hizo para sostenerlo en el cargo ante la evidencia del desastre institucional que significaba su presencia en el MP. Su salida no debe, sin embargo, detener la reforma del MP, una institución que, con excepciones, como Vela, Pérez, Rocío Sánchez o Sandra Castro, entre otros, está enferma y requiere una transformación profunda. La renuncia de Chávarry, por otro lado, no debe camuflar el papel penoso cumplido por el fujiaprismo para cuidar a quien era su peón en el MP y que, cuando constataron que ya era un zombi, lo abandonaron. Especialmente el Apra, que ayer mandó una carta de última hora pidiendo su renuncia cuando ya era evidente que a Chávarry no le respondía ni quien sirve el café en el MP. Y, por supuesto, Fuerza Popular, que en medio de la gran confusión que vive hoy por su desprestigio tan profundo ante la ciudadanía, ahora quiere negar el blindaje vergonzoso que le dio a Chávarry, como lo quiso hacer ayer en el pleno del parlamento la congresista Luz Salgado, quien cree que algo es verdad o mentira simplemente porque ella lo dice, al margen de la evidencia. Otra victoria para la anticorrupción, otra derrota para el fujiaprismo.