¿Por qué más de la mitad de los electores (56%) brasileños simpatiza o no le importa la narrativa fascista de un desconocido como Mito?,Son las 11 de la mañana del 28 de octubre. En unas horas, el oscuro exmilitar y mediocre exdiputado brasileño, Jair Bolsonaro, será proclamado ganador de las elecciones en Brasil. Hasta anoche, la distancia entre él y Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores –del encarcelado por corrupción, Lula– era de 10 puntos. La carrera política de Bolsonaro empezó hace 27 años y es parlamentario desde hace 18. Ha pasado por una decena de partidos y solo ha logrado pasar dos iniciativas legislativas. No estaba en el mapa de nadie: era un diputado perdido entre otros 512. ¿Por qué más de la mitad de los electores (56%) brasileños simpatiza o no le importa la narrativa fascista de un desconocido como Mito? Según la encuesta del IEP, el presidente Vizcarra tiene 60% de aprobación. La encuesta de Datum del jueves decía que 4 de cada 10 lo aprueba porque “lucha contra la corrupción” (40%) y 2 de cada 10 porque “se enfrentó al Congreso” (23%). El Congreso es percibido como la institución más corrupta (64% Datum) y es manejado por el fujimorismo liderado por Keiko Fujimori, la persona más corrupta del país según la misma encuesta (29%). Así que luchar contra la corrupción y enfrentarse al Congreso son, en esencia, la misma cosa. Sin el pleito con el Congreso, a Vizcarra no le va bien. La mitad de su desaprobación (33% Datum, 30% IEP) se explica por mala gestión (14.7%); cosa que ya sabíamos hace un mes, pero parece que a 6 de cada 10 peruanos no les importa. ¿Por qué? El segundo líder político con mayor aprobación según Datum es Alfredo Barnechea con solo 25% y 55% de desaprobación. A Verónika Mendoza y a Julio Guzmán les va parecido: respectivamente 21% y 19% de aprobación, 66% y 57% de desaprobación. Ninguno aparece seguido en los medios. ¿Será que la mitad de los encuestados desaprueba a los políticos solo por ser políticos? Al fondo, Keiko, Ollanta y García con desaprobaciones de 86%, 86% y 90%. ¿Qué cosa explica el 62% de Vizcarra? Llamar a referéndum y ofrecer eliminar la reelección de congresistas revirtió la tendencia a la baja de su aprobación de 39% a 49%. Poner al Congreso contra la pared –la cuestión de confianza– la disparó a 62%. Ni siquiera el brusco cambio de opinión del presidente con respecto al referéndum –pidiéndole a la ciudadanía que vote NO a la bicameralidad con trampa– lo afectó. De hecho, solo 36% apoya el SÍ a la bicameralidad y el NO ya suma 46%. Ningún otro SÍ baja de 64%, ningún otro NO pasa del 19%. ¿Será que Vizcarra nos está vengando a todos de los políticos que nos ven la cara cada cinco años y nos roban desde siempre? Pocos saben que fue presidente regional o ministro o embajador. Cuando en abril asumió la presidencia, ¡20% no tenía una opinión sobre él! “¡Castíguelos, Vizcarra, castíguelos!”. De vuelta a Brasil, con Bolsonaro pasa más o menos lo mismo: el descrédito de toda la clase política brasileña es tal (y Lava Jato y el desempeño del PT ayudó mucho) que casi cualquiera que despertara la esperanza de romper ese presente de corrupción como arenas movedizas sería bien recibido. Revolución Francesa 2.0: “Abajo el antiguo régimen y su dios democracia y sus valores liberales, porque han servido para enriquecer a unos pocos ladrones políticamente correctos e hipócritas”. Esa es la narrativa del votante de Bolsonaro. Por eso, tratar de jalarle la alfombra a Bolsonaro etiquetando a sus votantes de ser sobre todo hombres, machistas, blancos, racistas, misóginos, homófobos, fascistas y millonarios no funcionó. Como no funcionó decir casi lo mismo en EE.UU. de los votantes de Trump o en el Reino Unido del Brexit. Porque 4 de cada 10 negros vota por Bolsonaro, 4 de cada 10 mujeres, 4 de cada 10 indígenas. El fascismo avanza legitimado por el descrédito de las instituciones democráticas percibidas como corruptas, ineficaces y de doble rasero por una pretendida altura moral que solo existe en un discurso que cada vez menos creen.