Al pretender ridiculizar a Farfán, al desternillarse de risa ante su humillante representación, se produce un extraño efecto inverso.,En Fox Sports Radio Perú se emitió un sketch en el cual el imitador Miguel Moreno, apelando al blackfacing (maquillaje utilizado por personas blancas para representar a los afrodescendientes de manera ridícula), pretende ser Jefferson Farfán. En el portal Utero.pe, Andy Livise hace un recuento detallado de ese episodio, incluyendo la carta de protesta enviada por “Alerta contra el Racismo”, programa del Ministerio de Cultura. La carta explica que el blackfacing “tiene la intención de caricaturizar a las personas afrodescendientes como estrategia de humor afectando la identidad y la dignidad de las personas.” Igualmente, la misiva menciona que se trata de un delito tipificado en la ley de Radio y Televisión, la # 28278. La reacción de rechazo en las redes sociales no se hizo esperar; la caricatura del jugador de la selección peruana, como bien observa Livise, se aproxima menos a Farfán que al Negro Mama o la Paisana Jacinta. Algunas personas, sin embargo, insistieron en la rancia coartada del humor y la parodia, así como en la justificación de que eso divierte al público. De hecho, lo más inquietante para mí es la reacción del panel que presenta el programa, ocho hombres y una mujer: todos ríen a mandíbula batiente ante la representación denigrante (palabra que significa injuriar y también ennegrecer) del deportista, que aparece como un personaje grotesco -su boca parece un bistec- y lento de entendederas. Además, se explaya en bromas machistas e incluso homofóbicas. En suma, un catálogo de las taras que nos mantienen en un estado de atraso cultural y social. Al pretender ridiculizar a Farfán, al desternillarse de risa ante su humillante representación, se produce un extraño efecto inverso. En realidad quienes demuestran nula capacidad de comprender lo que está sucediendo en el set son ellos, los panelistas. Pongamos un ejemplo de contraste: en una conferencia de prensa reciente, un periodista le pregunta al actor español Javier Bardem cómo se siente ser el único hombre que disfruta trabajando con su esposa (la actriz Penélope Cruz). A lo que Bardem responde de inmediato: “Esa pregunta es de mal gusto.” Como Vargas Llosa poniendo en su sitio a Axel Kaiser, esas respuestas atajan de raíz los intentos de contrabandear ideologías sexistas o autoritarias. Lamentablemente, en el Perú seguimos aguardando que alguien rompa el hechizo públicamente. Que alguno de los panelistas de Fox Sports, por ejemplo, rechace esa imagen que vulnera los derechos de las personas y, de paso, viola la ley. Por el contrario, esas risotadas continuas le dan un agregado de obscenidad al espectáculo de humillación pública. Las risas intentan disimular lo que está ocurriendo, pero, si se toma distancia, se advierte que es lo mismo que reírse mientras golpean a alguien –un afrodescendiente, una mujer- en público. Sería necesario que no nos limitemos a enviar cartas como la del Ministerio de Cultura, sino que se aplique la ley. Es la única manera de detener la normalización de estos actos racistas y machistas, que fomentan la violencia, el abuso y el feminicidio.