Sobre la salida del ministro de Producción Daniel Córdova.,Daniel Córdova dejó de integrar el primer gabinete del presidente Martín Vizcarra antes de cumplir un mes en el cargo, permitiéndole al gobierno, y en particular al premier César Villanueva, proyectar la imagen de tener buenos reflejos, algo que va a necesitar cada vez más. El motivo fue la manera exótica como Córdova ofreció la cabeza del viceministro Héctor Soldi para suspender un paro de pescadores artesanales, sin que siquiera se lo pidieran los huelguistas. Pero entregar una ofrenda no pedida no fue lo más extraño de este incidente que acabó en despido. Se recuerdan pocos estrenos ministeriales tan accidentados como el de Córdova. El ofrecimiento de la cabeza de su viceministro para parar la huelga fue insólito porque establecía un precedente complicado y era políticamente suicida pues, en el próximo paro, los huelguistas pedirían su cabeza. El marino Soldi ha dicho que, como corresponde, cuando llega un nuevo titular, la jerarquía mayor del ministerio pone sus cargos a disposición, que es lo que él hizo. Quizá Córdova pensó aprovechar en la negociación la entrega de una cabeza que ya había cortado, pero es poco caballeroso hacerlo sin hablar antes con el ‘sacrificado’. Peor aún: fue absurdo hacerlo teniendo en la misma sala a un asesor de Soldi —quien, lógicamente, le informó inmediatamente de lo sucedido, lo que le llevó a presentar su renuncia en el acto—; y, ya para terminar de rematarla, hacerlo ante una cámara que estaba instalada justo delante del ministro y que grabó —con su total conocimiento— el video que luego difundió Panorama el domingo. ¿Se pueden cometer tantos errores, desde la falta de cortesía con un viceministro que, como cualquier funcionario, merece respeto, hasta la candidez llevada al borde del abismo desde el cual desbarrancó Córdova? Sí se puede. Lo que pasa es que el poder, con todo su oropel vacuo, obnubila a algunos y lleva a hacer idioteces que, a veces, se pagan caro. Lo que quizá deben haber pensado el presidente Vizcarra y el premier Villanueva es ‘mejor salimos de este señor pues, si esto ha hecho, después nos puede meter en un lío peor. De paso, se lanzan mensajes dos correctos. Fuera de gobierno, la imagen de tener buenos reflejos, algo que, dicho sea de paso, le faltó a la presidencia de Pedro Pablo Kuczynski. Y dentro del gobierno se transmite otro mensaje útil: que esto es como la palanca de cambios en el sentido que, si metes la pata, al toque haces el cambio. A estar moscas, más ministros.