PPK no ha logrado sobrevivir y mejorar las cosas a la vez. Pero mejorarlas no lo hubiera ayudado mucho. Hay una campaña anti-PPK que tiene la intensidad del anti-aprismo histórico o el anti-alanismo de los tiempos de Ollanta Humala. ,Se han escalado contra Pedro Pablo Kuczynski las acusaciones apoyadas en descubrimientos. Todos parecen estar al filo de una posible inconducta. Pero son presentados bajo la peor luz posible, como si ya fueran delitos, cuando todavía ni siquiera son faltas demostradas. La idea es sacudir la conciencia de los congresistas renuentes. Se trata de construir un PPK en falta moral, en un momento en que con similares criterios media alta política podría merecer el mismo calificativo. Se dirá que ellos no son presidentes. Pero se podría replicar que tampoco tienen las defensas constitucionales de un presidente, protegido por la Constitución para no morir de zancadilla por el camino. La lista anti-PPK empieza a ser larga. Entre las de las últimas horas: le dio una buena suma de dinero a su chofer y a Gilbert Violeta, influyó para reorientar la política gasífera hacia las exportaciones. Esto mezclado con una visita a Palacio de la comisión Lava Jato, y cábalas sobre el papel de su vicepresidente en una eventual vacancia. De aquí al próximo jueves veremos más de estas rápidas faenas de demolición, donde se mezclan lo importante, lo preocupante, lo irrelevante, y lo simplemente hechizo. Pronto sabremos si funcionan. Pero los congresistas se están moviendo al ritmo de información más concreta que la que circula por las redes o los medios. Todo esto está creando un clima de fin del mundo. Sin embargo la aprobación de PPK está a la par con la de sus antecesores en diversos momentos. La economía sufre pero no está ni remotamente catastrófica. No hay reclamos económicos en las calles. Las malas cifras sociales son más o menos las mismas de siempre. En efecto PPK no ha logrado sobrevivir y mejorar las cosas a la vez. Pero mejorarlas no lo hubiera ayudado mucho. Hay una campaña anti-PPK que tiene la intensidad del anti-aprismo histórico o el anti-alanismo de los tiempos de Ollanta Humala. Un tema más de la pasión que de la razón. Quizás la presidencia del hombre sobreviva, pero su imagen ya está liquidada. Si tuviera el ñeque político que nadie le conoce (aunque indultar exigió algo de eso) PPK podría convocar a elecciones adelantadas a breve plazo y ofrecer su renuncia frente al nuevo ganador. ¿Es materialmente posible?