Corea del Norte considera que el solo hecho de haber atraído a Trump a una mesa de negociaciones sería un triunfo diplomático de la mayor importancia.,Luego de años aparentemente al borde de la guerra nuclear, la situación en la península coreana ahora está aparentemente cerca de un acuerdo. Si todo se da según el nuevo calendario, antes de mayo se producirá una cumbre Donald Trump-Kim Jung Il, algo que guardando distancias ya viene siendo comparado con la visita de Richard Nixon a Mao Tsetung en Beijing, 1972. El lugar todavía no ha sido determinado, y ese es un dato importante para el juego simbólico de la reunión. Pero el viaje largo lo va a hacer Trump. Kim no ha salido de su país desde que llegó al poder, pero Pyongyang es considerado un riesgo para la seguridad de Trump. Por lo tanto se habla de Beijing, o de un punto en la frontera entre las dos Coreas. Las comparaciones con China también mencionan la importancia que ha tenido para el deshielo la diplomacia del deporte. A comienzos de los 70 fue el ping-pong entre China y los EEUU. Ahora han sido las olimpiadas de invierno en Corea del Sur, a las que concurrió un equipo del norte, y una delegación encabezada por una hermana de Kim. Como la cumbre ya ha sido anunciada formalmente, debemos suponer que ya hay una agenda, aunque esta no ha sido revelada. Por lo pronto el principal tema de discordia es la desnuclearización. Pero aun si no se resuelve ahora, la cumbre facilitaría esa discusión, y en el mejor escenario crearía motivos de concordia por el camino. Ambos gobiernos se ven como ganadores en la iniciativa. Corea del Norte considera que el solo hecho de haber atraído a Trump a una mesa de negociaciones sería un triunfo diplomático de la mayor importancia. Lo mismo valdría para Trump, aun cuando significaría declinar de las posiciones de fuerza asumidas por él desde la primera hora. Pero el mérito de la gestión misma viene siendo atribuido a Moon Jae-In, el presidente de Corea del Sur, obviamente interesado en evitar que la península se vuelva un campo de batalla nuclear. Así como Trump quiere la desnuclearización, Moon piensa en la reunificación de las Coreas. No está del todo claro qué es lo que quiere Kim. Es decir el motivo de su viraje, si acaso hay tal.