Trumpocracy (Harper, 2018; versión castellana en prensa) es el intento de un miembro del ala derecha del Partido Republicano de demoler a Donald Trump.,Trumpocracy (Harper, 2018; versión castellana en prensa) es el intento de un miembro del ala derecha del Partido Republicano de demoler a Donald Trump. Para ello David Frum ha elegido hacer una especie de biografía selectiva y detallada, compuesta de datos incriminadores conocidos, pero cuya ordenada acumulación es devastadora para el presidente estadounidense. El argumento central está en el subtítulo: Trump está corrompiendo el conjunto de leyes, usos y costumbres que Frum llama The American Republic. Nada que no haya sido dicho antes, al venir de tan a la derecha, el libro evita el tono del antitrumpismo convencional de estos días, y funciona más bien como un alegato institucional, al borde de la acusación formal. El autor tiene claro que los reproches a la conducta de Trump no lo han afectado, ni lo afectan. No lo dice, pero viene implícito que ese sombrío teflón se debe en buena medida a que las críticas más resonantes vienen de los demócratas y los liberales (a veces una misma voz), que tienen sus propios problemas de aceptación por parte del gran público. Así, el libro se convierte en una suerte de llamado al Partido Republicano para que recupere la autonomía perdida con el triunfo de Trump. A esto subyace la idea de que allí estuvieron realmente en el 2016 las concesiones y cobardías que pusieron a Trump donde está hoy. La guerrilla bipartidista de derecha contra Trump en el Congreso no le parece suficiente. La aparición simultánea de Fire and Fury (Holt, 2018), de Michael Wolff, con su contenido de denuncias y las reacciones de los trumpianos, le ha robado mucho de su fuego a Trumpocracy. Además no es en el salvataje de la derecha conservadora abrumada por sus recientes decisiones donde los lectores están buscando soluciones al problema Trump. Pero a medida que se van sumando las críticas a Trump, a Frum le va costando mantener su perfil conservador, pues muchas de sus críticas son las mismas que le llueven a Trump desde la izquierda. Su diferencia consiste separar cuidadosamente a Trump del Partido Republicano, y asilarlo en una patología social y personal exclusivamente suya. Muchos opinan que no es tan así.