Experto en responder con cifras abultadas y tecnicismos, Pablo de la Flor se va sin pena ni gloria de la ARCC. No hay reconstrucción ni cambios. Aunque él diga que deja el cargo “con la frente en alto” y que los últimos cinco meses fueron “los más intensos de su vida laboral”. Hasta el más despistado está enterado de que la recuperación de las zonas afectadas por El Niño Costero no avanza. Injustificable. Especialmente porque el elegido para conducirla fue otro “tecnócrata de lujo”. De la Flor se llena la boca hablando de un plan de inversión de S/ 26 mil millones y más de 10 mil proyectos priorizados. Asegura que antes de Navidad se transferirán los fondos para echar a andar “proyectos listos para construir 380 colegios, 4 hospitales y 56 sistemas de agua y saneamiento”. Planes, proyectos y millones que solo existen en el papel, mientras el calendario sigue su curso y la temporada de lluvias está a la vuelta de la esquina. El tema pasa por esa obstinación del presidente PPK para elegir funcionarios sin una pizca de vocación política y carentes de la sensibilidad social que una tarea como esta demandaba. Imperdonable resulta que –más de 150 días después de haber sido designado– De la Flor le enrostre públicamente a los Presidentes Regionales su incapacidad para convocar concursos y ejecutar proyectos. ¿Acaso no sabía que buena parte de su trabajo consistiría precisamente en coordinar con las autoridades de las localidades afectadas? ¿No estará pateando el tablero para no admitir que el reto le quedó grande? De lo contrario, ¿por qué el Ejecutivo aceptó más rápido que volando su renuncia y hasta le encontró sucesor? Advertidos estábamos todos luego de la nefasta experiencia con Forsur tras el terremoto de 2017.Lo peor es constatar que el ambicioso plan de la ARCC solo cubriría alrededor del 55 % de las carreteras y el 44 % de puentes dañados, según diagnóstico post fenómeno del INDECI… entre otras perlas. ¿Eso tampoco lo sabe De la Flor? Pregunto nomás.