Mejores precios en los minerales y un perfil más bajo de conflictos en la minería vienen creando optimismo frente a esta actividad. Lo cual se viene traduciendo en algunas cifras impactantes sobre inversiones futuras, y nuevas esperanzas ante los proyectos bloqueados o abandonados. La locomotora de la economía estaría volviendo a resoplar fuerte. La parte de los mejores precios es real. Liderados por el cobre, que ahora empieza a recuperarse de unos cinco años la baja, los minerales tienen algo de su anterior lustre. Luego de un escepticismo inicial, los analistas coinciden en que la nueva situación del cobre puede mantenerse un buen tiempo. Los inversionistas están escuchando el mensaje. Quizás el proyecto emblemático en este momento es Michiquillay, en el distrito minero de Cajamarca. Abandonado hace unos años por los bajos precios del cobre, los altos costos del mercado y la sombra del conflicto (es la zona de Conga), ahora el yacimiento tiene ocho postores, tres de ellos peruanos, para una licitación de Proinversión el próximo mes. Pero si la conflictividad social, sobre todo de base ambiental, parece en receso, no está ni remotamente superada, ni se da solo en casos puntuales. En el Congreso da vueltas otra vez un antiguo proyecto para excluir las zonas de cabeceras de cuencas de toda nueva actividad minera. Muchos proyectos mineros están ubicados allí, o en las inmediaciones. Como era de esperar los empresarios mineros han empezado a protestar, temerosos de que la nueva norma se convierta en un bloqueador de buena parte del negocio. Un argumento es que bajo ciertas condiciones la cabecera de una cuenca puede terminar como sinónimo de toda el agua que una mina emplea, a cualquier altura. Sombras de la laguna de Conga. Sin embargo hay un discurso optimista según el cual tanto las empresas como las comunidades (y sus intermediarios) han aprendido reglas de coexistencia fructífera que antes no estaban sobre el tapete. Un panorama de negociaciones más largas y trabajosas, pero menos burocratizadas, y capaces de llegar a un acuerdo razonable. En esa tónica Southern Perú parece convencida de que ya está cerca la hora de empezar un nuevo intento para un acuerdo en torno al proyecto de Tía María, en Arequipa.