Por: Enrique Vega-Dávila,Quisiera reflexionar en estas líneas sobre 5 tendencias existentes en torno a la visita del Papa Francisco, puede que hayan más. Mi intención es evidenciar otros escenarios que no siempre están presentes como interlocutores y sistematizar lo que ya otras columnas o medios han ido presentando. Podríamos enunciar como una primera tendencia a “quienes se han alegrado” por la venida de Francisco. Quienes practican el catolicismo y han seguido su enseñanza desde el inicio han sentido una bendición por esta presencia ya que se trata de recibir en nuestro país a un gran líder espiritual, ello amerita fiesta y preparación, de hecho ya se ha convocado a jóvenes para que sean su guardia; la cantidad enorme de memes y frases alusivas demuestran que existe un sustrato católico en el país. Pero esto no debe significar que todo es armonía. Una segunda tendencia, que no siempre se consigue valorar, está relacionada con “quienes rechazan” por diversas razones esta visita pastoral, Podríamos ubicar aquí a quienes promueven y defienden la laicidad del Estado; la presencia de Francisco en nuestro país no termina de ser agradable para este sector, puesto que el trato recibido y la logística empleada no es la misma que para cualquier otro jefe de Estado. La oposición abierta entre el primer grupo y el segundo es más que evidente, el drama radica en que ni un lado ni el otro valora sus posiciones y, más bien, terminan descalificándose entre sí. Una tercera tendencia guarda relación con el rechazo silencioso que recibe Francisco por parte de alguna gente dentro del mismo catolicismo. Basta recordar las críticas que hicieron públicas cinco cardenales sobre la Exhortación Apostólica Amoris Leatitia del Papa sobre la familia. Este rechazo se expresa a otros niveles y temas. A estos cristianos les incomodan las críticas del Papa a ciertas formas peculiares del clero o de la vida consagrada, su llamada al laicado a ser adulto u otras intervenciones, incluso contra el sistema capitalista. En esta misma línea, hay una tendencia que podríamos llamar “acomodaticia”; sé que puede sonar fuerte, pero existe un sector eclesial que no termina de aceptar el mensaje del Papa sino que domestica algunas de sus intervenciones y evita poner énfasis en otras enseñanzas que son sumamente importantes. No podemos dejar de lado a quienes “esperan más” de Francisco, quienes, sin rechazar su visita, anhelan que sea tajante con situaciones reales y que no pasen a un segundo plano en la Iglesia y en la sociedad situaciones tales como el caso Figari o algunos otros escenarios irregulares que deben ser examinados y abordados con responsabilidad. Esperan, no frases lindas o gestos llamativos, sino más bien, acelerar procesos y ponerse de modo tangible del lado de quienes han sido víctimas de alguna u otra forma. Por último, hay quienes “no esperan nada” de esta visita, quienes no pertecenen al catolicismo, quienes ni si quiera profesan el cristianismo o alguna fe. Y no es que no valoren al Papa, pero realmente no es significativo para esta gente. Lo que sí me parece importante decir es que no podemos obviarles, así sean una minoría; siempre es bueno escucharles y dialogar. Luego de poner en manifiesto estas tendencias, pienso que no debemos rechazar los cuestionamientos que han sido planteados por algunos sectores. Sin dejar de alegrarnos, tampoco podemos maquillar la situación del país. Así como Francisco, que ha tenido coraje para enfrentar situaciones delicadas como el cambio climático u otras, es hora de que la comunidad católica aproveche la oportunidad de presentarse no como una mayoría aplastante sino como quien acepta las críticas, las valora y responde con madurez a diferentes cuestionamientos. Para finalizar, creo que no debemos permitir que el mensaje de Francisco sea de alguna manera domesticado, no creo que él mismo lo permita. Sus palabras pueden ser de largo aliento pero debemos encontrar los medios para canalizar respuestas concretas a situaciones que lo ameritan. Jesús le dijo a Pedro que confirme en la fe a la comunidad cristiana, hoy queremos eso de Francisco, que siga confirmándonos en la fe, sin olvidar que ésta se expresa en la justicia y la solidaridad, en el respeto a toda persona, a todo ser vivo y en el cuidado de la creación entera. (*) Teólogo.