El plástico es parte de nuestro día a día, está presente en casi cualquier actividad humana por la versatilidad de su uso, costos y disponibilidad. Sin embargo, cuando cumplen su función, su desecho y reuso son un problema generando contaminación ambiental, que como advirtió la ONU podría haber “más plástico que peces en los océanos” para el 2050.
Hay evidencia de contaminación por microplásticos en playas, humedales y diversos ecosistemas del Perú, así mismo se ha evidenciado que, por ejemplo, las aves guaneras las usan en sus nidos o lo ingieren en forma accidental en las costas de Lima. Los desechos de plástico generan lesiones en tortugas, lobos de mar y diferentes especies animales, como ha sido el caso del cóndor también, ya sea por la ingesta o que resultan atrapados en sus formas.
Sin embargo, se ha descubierto que no solo son un problema por su efecto mecánico (ahogamiento, ahorcamiento, impactación intestinal, etc), sino que también pueden ser digeridos e incorporados al cuerpo de animales en su forma de nanoplástico. El nanoplástico son micropartículas de un tamaño inferior a 0,001 mm (1 micra) y solo son visibles al microscopio. La principal condición para que el plástico libere nanoplástico es el calor.
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Recientes estudios, han detectado la presencia de nanoplásticos en los tejidos animales de aves guaneras, que podría ser por ingesta directa (consumiendo plástico accidentalmente) o a través del pescado que podría tener plástico en sus tejidos, a esta presencia recientemente la han denominado “plasticosis”.
Incluso, se ha encontrado nanoplásticos en alimentos y bebidas como el agua embotellada y gaseosas pero también en carne de consumo humano como peces, mariscos, pollos, pavos, vacunos, entre otros.
A nivel de humanos, un estudio encontró microplásticos en muestras de tejido cardiovascular tomadas en personas sometidas a cirugía cardiaca. Estos hallazgos son recientes, y nos generan una serie de preguntas aún por investigar. Pues no tenemos claro cuales son las formas más efectivas para que el plástico sea absorbido por nuestros cuerpos y se acumulen en nuestros tejidos, cual es efecto de esto sobre nuestra salud y con qué enfermedades conocidas o por conocer están relacionados.
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Lo que sí sabemos es que calor, plástico y alimentos no son una buena combinación, pues el calor incrementa la posibilidad de que el plástico libere millones de partículas de nanoplástico y si están en contacto con comida, estamos aumentando el riesgo de comer nanoplástico.
Por lo que, en forma preventiva, hay que revisar ciertas prácticas como (1) calentar comida en el microondas en recipientes de plástico, (2) usar bolsas de plástico para cocinar en microondas, (3) colocar alimentos calientes en recipientes de plástico, y (4) tapar alimentos calientes con plástico.