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Opinión

Lo de Ecuador sí puede pasar acá en el Perú, por Augusto Álvarez Rodrich

Y se traería abajo al gobierno y hasta nuestra frágil democracia.

larepublica.pe
AAR

El desborde desatado ayer en Ecuador por el crimen organizado, con la toma en vivo de un canal de televisión y universidades, saqueo del municipio de Guayaquil, centros comerciales e incendio de automóviles, entre otras expresiones de violencia extrema, son imágenes de pesadilla que no están lejos de ocurrir en el Perú.

En agosto 2023, cuando se produjo el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio por parte de delincuentes por sus propuestas contra el crimen organizado, esta columna se preguntó si lo que les pasa a nuestros vecinos ecuatorianos también nos podía pasar a los peruanos, y la conclusión fue que no estamos lejos de eso.

En ese momento, el portal de análisis especializado e investigación del crimen organizado Insight Crime precisó que Ecuador está en una crisis grave de seguridad por la confluencia de cuatro factores: 1. Ascenso como centro de tránsito internacional de cocaína. 2. Un paisaje criminal atomizado. 3. Existencia de organizaciones criminales extranjeras. 4. Un estado no preparado para la amenaza.

Son condiciones que también ocurren, en distintos grados, en el Perú, donde las economías criminales han crecido mucho, como se evidencia en el libro recientemente actualizado de Ricardo Valdés, Carlos Basombrío y Dante Vera, lo que explica que la inseguridad sea percibida hoy como el principal problema del país, mientras la capacidad del estado para contrarrestarla es absolutamente débil, y con expresiones frecuentes de complicidad.

Cuando el crimen organizado crece, necesita autoridades aliadas de todo nivel —nacional, regional, local—, que faciliten su avance o que se hagan de la vista gorda, lo cual demanda acuerdos colocando personas de su entorno en cargos públicos o comprando políticos. El régimen de Pedro Castillo fue, en ese sentido, lo más cercano a la presencia en palacio de gobierno de las distintas expresiones del crimen organizado.

El crecimiento de la inseguridad en el Perú, junto con el debilitamiento de la economía, con incidentes terribles de violencia como los de ayer en Guayaquil, se traería abajo a un gobierno precario como el de Dina Boluarte, y pondría en el abismo a la frágil democracia peruana, como ya sucede en Ecuador.