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Opinión

Hegemonía y geopolítica en Asia y Medio Oriente, por Humberto Campodónico

“Un tema clave es la lucha por la hegemonía económica y política en el siglo XXI, ¿Asia u Occidente como muestran las proyecciones? Involucra como actores principales a EE. UU. y China”.

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El país con el PBI más grande del mundo en el 2023, según el Banco Mundial, sigue siendo EE. UU., con US$26.9 billones, seguido de China con US$17.8 billones. Lo importante en la carrera por la hegemonía económica en el siglo XXI no solo es que hacia el 2030 China se sigue acercando a EEUU, sino que la India pasa al tercer lugar y Japón al cuarto (ver cuadro).

Si así fuera, el siglo XXI sería de esos dos países (Chindia), que, además, forman parte del BRICS, junto con Brasil, Rusia y Sudáfrica. Pero las relaciones entre China y la India tienen una larga historia de conflictos y malentendidos y los avances no serán fáciles.

No solo eso. En setiembre pasado se realizó la reunión del Grupo de los 20 en la India. Se planteó el Corredor Económico India-Medio Oriente-Europa (IMEC, en inglés), que es visto como una alternativa a la iniciativa de la Franja y la Ruta de China. Este corredor es apoyado por Estados Unidos, la Unión Europea, Arabia Saudita y, por supuesto, India.

El corredor establece una red ferroviaria y marítima que atraviese los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Jordania hasta llegar al puerto israelí de Haifa en el Mediterráneo. Desde allí, las mercancías podrían enviarse a Europa, sin pasar por el Canal de Suez (VOA News.com, 24/10/2023). La cuestión crucial: es indispensable el apoyo de Arabia Saudita, ya que no se trata solamente de temas económicos y de financiamiento, sino también, y fundamentalmente, de estabilidad política y de alta geopolítica.

Israel ya tiene relaciones diplomáticas con Egipto y Jordania y, desde el 2020, con los Acuerdos de Abraham, también con Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Bahrain y Sudán. Falta Arabia Saudita.

A todo esto se refirió el premier israelí Netanyahu en la Asamblea General de la ONU en Nueva York en setiembre. Dijo, a propósito del IMEC: “Hoy, mientras derribamos los muros de la enemistad, (Israel) puede convertirse en un puente de paz y prosperidad entre estos continentes. La paz entre Israel y Arabia Saudita creará verdaderamente un nuevo Medio Oriente” (1).

En verdad, como dice Robert Kaplan (reconocido periodista de EE. UU. y autor de La venganza de la geografía), hay muchos elementos de las relaciones políticas entre Estados, así como de las guerras y de las formas como estas se conciben y se luchan, que tienen que ver con la geografía y la geopolítica. Esta parece ser una de ellas.

Varios analistas y medios de comunicación árabes afirman que la posibilidad de relaciones entre Arabia Saudita e Israel fue clave en la determinación de Hamás de lanzar el inhumano y terrible ataque sorpresa del 7 de octubre. Se trataría, afirman, de un gambito desesperado. En su visión: hacer todo lo posible para impedir que Arabia Saudita llegue a un acuerdo con Israel y deje de lado al pueblo palestino.

En ese marco, el Gobierno de Israel, en su respuesta, ha adoptado la política de destruir al enemigo, incluyendo civiles, mujeres y niños, algo absolutamente condenable. Al hacerlo, lo que está logrando es el rechazo a esa política y al propio Israel.

Eso ya se aprecia. Bahrain ha dicho que mantiene su posición histórica de apoyar la causa palestina y sus derechos legítimos y ha llamado a su embajador. No ha sucedido lo mismo con Arabia Saudita que (portal www.axios.com del 31 de octubre) no se ha retirado del megaacuerdo y cuyo ministro de defensa Khalid bin Salman estará en Washington esta semana.

En síntesis, un tema clave es la lucha por la hegemonía económica y política en el siglo XXI, ¿Asia u Occidente como muestran las proyecciones? Involucra como actores principales a EE. UU. y China. Otro es la estrategia y la táctica geopolítica para definir y lograr intereses nacionales y globales. Aquí entran Rusia/Ucrania y el IMEC. Y está la crisis sistémica de la globalización, que comenzó en el 2008 –responsabilidad del neoliberalismo– y que todavía no termina y que ha derivado en una polarización mundial en casi todos los niveles (cultural, racial, político) en medio del cambio climático que amenaza al planeta. Volveremos.

(1) Leer el discurso en https://bit.ly/3u36KFe