La opacidad oficial que obliga a los medios y a los hombres de prensa a utilizar las herramientas que ofrece la propia Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para obtener información que les es negada parece molestar al primer ministro Alberto Otárola, quien mostró su preocupación por la frecuencia con que se usa este mecanismo.
“Se está ingresando a un peligroso escenario, en el cual la prensa pide información hasta por la marca del lápiz que utilizan los ministros”, aseguró el alto funcionario público en conferencia de prensa.
De inmediato, las representaciones de los hombres de prensa en el país, así como las organizaciones que defienden temas de libertad de prensa y derechos de información y opinión, mostraron su desacuerdo con esta postura que evidencia una proclividad a la censura y al control de la información.
El primer ministro está siendo escrutado por los medios luego de conocerse casos de amigas personales que lograban contratos y designaciones con el Estado tras reuniones sostenidas en su despacho.
En este clima adverso para el ejercicio libre del periodismo se conoció adicionalmente que en el caso del semanario Hildebrandt en sus trece se está exigiendo a su director, César Hildebrandt, el levantamiento de la reserva de sus fuentes, en relación con una nota aparecida en sus páginas. La policía ha sido la que ha exigido el nombre o nombres de quienes revelaron los datos del artículo periodístico aparecido en mayo del 2022. Esta no fue la única ocasión en que algo así ocurre, ya que la semana anterior desde la Autoridad Nacional de Control de la Fiscalía se pidió a IDL-Reporteros que establezca la identidad de su informante.
Las autoridades que están actuando de esta manera deberían conocer que exigir la revelación de fuentes de información es abiertamente inconstitucional. El artículo 2, inciso 18, de la carta magna así lo señala expresamente. También la Declaración de Chapultepec, firmada por el Perú, establece que “no podría obligarse a ningún periodista a revelar sus fuentes de información”. Hay que recordarles a todos esos funcionarios que la base de la libertad de prensa radica en la reserva de la identidad de quien provee la información y el derecho del hombre de prensa a publicarla.