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Opinión

El gobierno del pueblo

"Me cuenta mi tía Cristina que siempre votó por Belaunde porque era churrísimo. Tampoco tampoco. Decía el viejo Tim que votar era siempre equivocarse. Por ello la debilidad de nuestras instituciones. Entidades manejadas por los oportunistas de siempre".

larepublica.pe
"Me cuenta mi tía Cristina que siempre votó por Belaunde porque era churrísimo. Tampoco tampoco. Decía el viejo Tim que votar era siempre equivocarse. Por ello la debilidad de nuestras instituciones. Entidades manejadas por los oportunistas de siempre".

Decía Aristóteles que el fin de la ciudad era vivir bien o conducir a los hombres hacia la felicidad no solo material sino también espiritual para operar con mayor plenitud en la vida social, ese era el destino. Pero desde esa Grecia de la antigüedad y hasta ahora, ni fu ni fa. Peor en el Perú donde el maestro de la filosofía se equivocó de cabo a rabo. O tengo que gritarles en las orejas por qué votaron por López Aliaga, un inútil de solemnidad.

Soy marxista por influencia de los Hermanos Marx y he leído a Platón en mis clases de Materialismo Histórico en San Marcos. Descubrí al mismo Platón en sus diálogos con Sócrates, su maestro. Ahí estaba la evidencia de que, en su opinión, la democracia -en griego “el gobierno del pueblo”- era el proceso para decidir qué hacer. Ya votar por un líder le parecía arriesgado, pues los electores eran fácilmente influenciados por características irrelevantes, como la apariencia de los candidatos; no se daban cuenta de que se requieren calificaciones para gobernar, así como para navegar.

Me cuenta mi tía Cristina que siempre votó por Belaunde porque era churrísimo. Tampoco tampoco. Decía el viejo Tim que votar era siempre equivocarse. Por ello la debilidad de nuestras instituciones. Entidades manejadas por los oportunistas de siempre. Como esos de la Reconstrucción con Cambios que desde 2017 se manejó sin metas ni horizontes.

Por ello, el contralor general de la República, Nelson Shack, dijo que este proyecto es una buena idea, pero se debió ir más allá, ya que es necesario centralizar las capacidades de distintas oficinas para poder hacer infraestructura de manera célere, correcta y transparente. Yo trabajo en una universidad pública y le doy la razón. Vivo asfixiado por una burocracia inhumana y cada vez me enfrento a un monstruo de siete cabezas.

Y todos me dicen que así son las cosas, que el aparato estatal no lo cambia nadie y que hay que vivir bajo la dictadura de gerentes y secretarias. Por ello, con huaicos o el ciclón Yaku, lo que queda es la desolación. Yo entrevisté a Pablo de La Flor, y el hombre ni ataba ni desataba. Y ya en ese tiempo el Estado había fundado una autoridad que coordinaba y financiaba –más burocracia— y que sin embargo, para coordinar está la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y para financiar está el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Bueno, pero vivimos en el Perú. Y así es la nuez.