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Opinión

Chau, Pedro, y mal con Dina… ¿peor sin Dina?

Balance político a 2 meses del golpe y del nuevo gobierno.

larepublica.pe
Balance político a 2 meses del golpe y del nuevo gobierno.

Tiempo terrible, con muertes, afectación de los ingresos de las familias y de las empresas, y degradación económica e institucional del país.

Aunque parecieran dos años, hoy se cumplen dos meses del golpe fallido de Pedro Castillo y del inicio del Gobierno de Dina Boluarte, con un balance de derrota del golpista de Sarratea y de muy ligera recuperación de su ex-VP.

Dos meses después, de Castillo ya ni se acuerdan los que lo usaron como tonto (in)útil, mientras que él le ruega a su nuevo abogado: “Sáqueme de aquí, doctor, haga todo lo posible”.

A su vez, Boluarte encabeza una presidencia descuajeringada, pero que hoy pareciera estar ligeramente más estable que al inicio o que, al menos, le está ganando a la protesta que exige la renuncia de ‘Dina Asesina’.

Esta modesta columna ha sido muy crítica con Boluarte por su escasa preparación y su acompañamiento como ministra por año y medio del presidente Castillo y su corte ministerial de ineptos y corruptos sin que se le moviera una ceja, y cuando la mayoría de sus críticos de hoy —como los congresistas de izquierda— se tragaban todos los sapos con tal de obtener un beneficio de ‘su’ gobierno de ‘izquierda’.

Pero Boluarte debió reemplazar a Castillo en cabal aplicación de la Constitución (ya es hora de que, hasta los entusiastas de una asamblea para cambiarla, al menos cumplan con la actual).

El Congreso, insolente con el país, no quiere irse; la protesta se va cansando; la toma de Lima fracasó; y el país entra en una suerte de limbo que puede beneficiar políticamente a Boluarte, pero mal haría la presidenta si no aprovecha este momento para construir liderazgo con base en una agenda básica como esta:

1. Ponerse al frente de una gran protesta para presionar con las armas de la democracia para adelantar la elección. 2. Formar una comisión de la verdad independiente para las 58 muertes. 3. Arrestar a los jefes de la violencia y ponerlos en manos de la justicia. Así Boluarte podría liderar la ruta hacia el menos malo de los escenarios futuros en el momento actual: adelantar la elección lo más que se pueda y con ella como presidenta, pues nadie del Congreso se ve capacitado hoy para reemplazarla en esa tarea. Pero, si no lo intenta, caerá en el camino.