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Opinión

Nicaragua y la dictadura

La persecución de la Iglesia Católica y de la prensa en manos de la familia Ortega.

larepublica.pe
La persecución de la Iglesia Católica y de la prensa en manos de la familia Ortega.

Cada día se conoce de un nuevo atropello en Nicaragua. El pequeño país soporta una dictadura que no se conforma con atentar contra todos los partidos políticos de oposición, encarcelar a los candidatos que pudieron hacerle competencia a Daniel Ortega en las pasadas elecciones, o cerrar y perseguir medios de comunicación y a sus periodistas.

También se ha llevado a cabo una feroz cacería de sacerdotes católicos y altos prelados de la Iglesia Católica y de otras fes religiosas, a las que amenaza y somete a crueles escarnios.

La convocatoria a la resistencia contra los dictados de una pareja presidencial, compuesta por Daniel Ortega y la vicepresidenta y esposa Rosario Murillo, ha sido recibida con singular dureza por una dictadura réproba y sancionada por todos los organismos internacionales y todos los países considerados democráticos en el orbe (Unión Europea, Canadá, Estados Unidos, etc.).

El llamado al diálogo para aliviar las tensiones, proclamado desde la Santa Sede, ha sido considerado un gesto tibio porque se esperaba un pronunciamiento papal más contundente. Las razones de este atemperamiento de Francisco I frente al proceso de descomposición de la dictadura nicaragüense tendrán que explicarse en breve, aunque la diplomacia vaticana no guarda relación con la diplomacia de los países.

En este clima de tensión se conoció ayer la intervención del emblemático diario La Prensa, de la familia Chamorro. Pedro Joaquín, el padre de los Chamorro, fue asesinado en un atentado; Violeta –la esposa– fue años después elegida presidenta por el voto popular en una elección en la que compitió contra el propio Daniel Ortega.

Cristiana, la hija de ambos, aún se encuentra con detención domiciliaria junto con todos los candidatos a la presidencia encarcelados. Y los hermanos Chamorro, directores, gerentes y periodistas del emblemático diario La Prensa, detenidos, perseguidos y acosados.

El diario más antiguo de Nicaragua fue intervenido por el régimen. Ayer se mandó a quitar el rótulo del frontis y en su edificio se ha puesto en marcha el Centro Cultural y Politécnico José Coronel Urtecho, poeta del país centroamericano. Bajo el eslogan de “No volverá el pasado”, se ha concretado la usurpación del medio de comunicación y se han confiscado maquinarias y sistemas informáticos y de edición por un valor de 10 millones de dólares.

La familia presidencial, así como algunos funcionarios del régimen, incluidos los representantes de la justicia, tienen impedimento de ingreso a la mayoría de los países y hay sanciones en marcha, aunque Nicaragua aún sigue encadenada a la avidez de sus opresores.