Confianza de la inversión en doble vía, por Augusto Álvarez Rodrich

Construirla con acciones reales en vez de solo palabras.

El débil efecto sobre el crecimiento que tendrá el plan de reactivación del MEF refuerza a la confianza empresarial como el factor clave para sacudir a la economía mediante la recuperación de la inversión privada.

La confianza empresarial no es, como creen algunas versiones alucinadas, “la combinación de la obediencia con la dominación y la explotación”, sino algo más sencillo: una perspectiva que permita vislumbrar con optimismo razonable la evolución de la inversión en el mediano plazo, como la miden sondeos regulares como los del SAE de Apoyo Consultoría o del BCR.

Pero la confianza es un proceso que debería verse como una autopista de doble vía. Así como la promoción de la inversión requiere por parte del estado mejores señales que las actuales, las empresas también debieran interesarse por contrarrestar los factores que en el pasado erosionaron su prestigio, como un comportamiento poco comprometido con valores para la construcción de un mejor país.

Hay en este momento algunas señales aún ligeras pero muy positivas de que eso está cambiando, que podrían afectar al negocio, pero que se fundan en valores: desde retirar la publicidad en un programa deportivo con gran audiencia, pero que denigró de modo inaceptable a la mujer venezolana; hasta cuando el CEO de un patrocinador de la selección como Yape toma posición por el cambio del entrenador cuando la FPF aún confiaba en Juan Reynoso.

En el campo político, es lo que también ha ocurrido con expresiones críticas por parte de representantes de la inversión a propósito de la contrarreforma política del congreso, incluyendo al gerente general del banco más grande del país, el BCP, una posición que a veces puede generar riesgos regulatorios.

La otra vía de la confianza es la que debe proyectar el gobierno a la inversión, pasando de meros discursos motivadores del tipo quién se robó mi queso, a medidas efectivas. Por ejemplo, cancelar definitivamente la ‘Agenda laboral 19’ del ministro Íber Maraví que dejó Pedro Castillo y que sigue en marcha; un nuevo titular del MEM que ponga en marcha una reforma real de Petroperú que no pase por pedirle más dinero del pueblo al MEF; o destrabar realmente Tía María.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.