En su mensaje a la nación el 28 de julio, Pedro Castillo criticó duramente a los medios de comunicación. Los acusó de desestabilizar su gobierno, emitir falsedades sobre su gestión, y de acusarlo sin prueba de corrupción. Sin duda existen medios que atacan al presidente. Algunos sin piedad. Eso se llama libertad de la prensa. Un concepto base de la democracia liberal, que el presidente parece desconocer.
Su arremetida contra la prensa sería anecdótica, tal vez, si no fuera por el hecho de que su gobierno está promoviendo una iniciativa de ley en el Congreso que penalizaría la divulgación periodística de declaraciones de colaboradores eficaces. Una “ley mordaza” de este tipo tendría un impacto devastador sobre la capacidad de la prensa de ejercer su labor investigativa.
PUEDES VER: Félix Chero sobre labor de la prensa: “Durante el gobierno jamás habrá vulneración de derechos”
Estas declaraciones e iniciativas inquietan aún más pensando en el contexto del continente, donde la libertad de prensa está bajo asedio.
En México, los y las periodistas son atacados y asesinados con brutal frecuencia. Solo en los primeros seis meses de 2022, una docena de periodistas fueron asesinados. En lo que va del año, en Colombia, se ha registrado censura, acoso judicial, amenazas y hostigamientos contra 369 periodistas.
En junio, en el Brasil de Jair Bolsonaro —que desprecia la prensa independiente, así como la democracia liberal— un periodista inglés y un colega brasilero fueron desaparecidos y luego encontrados muertos.
En El Salvador, el presidente Nayib Bukele ataca a periodistas de los medios independientes, especialmente los que trabajan para el medio digital El Faro, como si fuera un deporte, y sus seguidores los atacan en las redes con una eficiencia salvaje. También han sido sujetos a espionaje ilegal, seguimientos y campañas de intimidación. Varios viven ya fuera del país.
El pasado viernes en Guatemala, las autoridades allanaron la casa de José Rubén Zamora, dueño y editor de El Periódico, y lo llevaron preso, no, según dijeron, por su labor periodístico sino ‘como empresario’. También allanaron las instalaciones de El Periódico, que desde la firma de la paz publica investigaciones claves sobre corrupción, crimen organizado y violaciones de derechos humanos.
Zamora no ha sido informado de los cargos en su contra, y en un intento de parar la publicación del periódico, congelaron sus cuentas. Una ley mordaza en acción.
Límites a la prensa han sido un constante en países con gobiernos autoritarios como Nicaragua y Cuba, o que viven guerras de baja intensidad como Colombia y México. Ahora, en países supuestamente democráticos, hay cada vez más ataques a la prensa, más leyes mordazas, más periodistas al exilio.
En el Perú, donde se sobrevivió a una dictadura que envileció a la prensa, se podría esperar mejores reflejos contra la tentación de atacar la prensa o limitar su labor. Pero la evidencia hace ver que, lamentablemente, no es así.