Expertos de verdad, expertos alucinados y hasta ignorantes honestos o fanáticos antivacuna, seguimos cuestionando las políticas públicas del gobierno frente a la COVID-19.
Un estudio publicado a inicios de año por el neuropsicólogo español Joaquín Navajas, de la Universidad Torcuato Di Tella, interpreta la heterodoxa respuesta ciudadana ante el combate de la crisis. Se hicieron experimentos de comportamiento en Argentina, Uruguay, Brasil y EE. UU. Para esto, primero se pidió a los participantes que pronostiquen el número de muertes por COVID-19. Luego, los participantes calificaron su grado de acuerdo con medidas tales como cerrar escuelas, restringir la libertad de movimiento, uso de mascarillas o permitir que el gobierno recopile datos de geolocalización de pacientes.
A todos los participantes se les hizo, además, una serie de preguntas para poder entender su preferencia partidaria. Lo que el estudio demostró es que el efecto de la autopercepción en el esquema oficialismo-oposición, en el respaldo de las políticas públicas, es independiente a las diferencias en las creencias sobre la gravedad de la pandemia. La gran revelación es que no hay absolutamente ninguna relación entre el pronóstico del número de muertes que dieron los ciudadanos y su grado de acuerdo con las políticas públicas para combatir la covid.
De manera aparentemente irracional, en Argentina y Uruguay, por ejemplo, los partidarios de la oposición pronosticaban más muertes, pero mostraban menor apoyo a las restricciones que imponían sus líderes para evitarlas. Además, se concluyó que un mayor apoyo al partido de gobierno está asociado con creencias más optimistas sobre la gravedad de la pandemia y con mayor apoyo a las medidas preventivas.
Todo dependió de la parte del espectro político en la que se ubicaba el ciudadano en términos, otra vez, oficialismo-oposición, pues no se encontraron diferencias ideológicas entre Argentina y Uruguay, cuyos gobiernos tienen tendencias distintas: los partidarios del Gobierno opinaban igual en ambos países, así como los de la oposición, pero en un país gobierna la izquierda y en otro la derecha.
Tomando en cuenta también la data de Brasil y EE. UU., se puede decir que interpretamos la pandemia de una manera fundamentalmente política, y que las condiciones objetivas desempeñan un papel menor en la configuración de nuestras adhesiones a cómo combatirla.