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Opinión

Un acuerdo

“Necesitamos comenzar a hacer algo distinto si queremos lograr otro tipo de resultados. [...] Impulsar procesos de desarrollo económico sostenibles, integrales y con enfoque territorial”.

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Cinco dirigentes se encuentran en Lima para sostener reunión con el MEF. Foto: Radio Kampagkis

El paro de productores cocaleros y otro más en el corredor minero vuelven a evidenciar, entre otros puntos importantes, la necesidad y urgencia de políticas de desarrollo económico con enfoque territorial.

A pesar de ello, con políticos cortos de vista e intereses particulares primando en sus agendas, vivimos enfrascados en la “solución” inmediata a cada conflicto, en los llamados al principio de autoridad o a una nueva mesa de diálogo que “pateará” el problema para más adelante. Mientras tanto, cada crisis política termina postergando lo que debería ser la agenda prioritaria.

De partida, tenemos un problema político. No hay institución ni funcionario público que sea responsable directo del desarrollo económico con enfoque territorial. Mientras eso sea así, no saldremos del entrampamiento. Por ello, una primera cuestión por resolver es si el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) actual puede y debe asumir esa función. Para hacerlo, deberíamos considerar que:

• A pesar de manejar el presupuesto público, el MEF no ha podido asumir ni liderar un proceso así al menos en los últimos 30 años, ya sea con gobiernos considerados de derecha, de centro o de centro izquierda.

• Tras las reformas de inicios de los 90, el MEF no ha liderado ninguna de las principales reformas que se han puesto en marcha: educativa, ambiental, servicio civil, programas sociales, diversificación productiva, apuesta por la innovación, ciencia y tecnología (ICT). Incluso, en algunos de esos casos, ha sido un obstáculo.

• En un país con tantas demandas insatisfechas e intereses particulares acechando permanentemente, la agenda fiscal termina desbordando la agenda y las capacidades del MEF (además de la falta de visión de algunos de los funcionarios que han pasado por la cartera).

• Sin responsable político visible, en el Perú es prácticamente imposible impulsar reformas sustantivas.

En el aspecto técnico, un artículo del economista Dani Rodrick publicado la semana pasada en Project Syndicate revela cómo se ha complejizado el reto de avanzar hacia el desarrollo económico para los países en vías de desarrollo. Rodrick plantea que la industrialización ya no es capaz de generar un crecimiento económico rápido y sostenido, ni de expandir los beneficios de las ganancias de productividad a toda la economía, pues las manufactureras operan cada vez más como enclaves similares a las industrias extractivas intensivas en capital. Estimulan exportaciones y aumentan ingresos para un segmento reducido, pero no para la mayoría de trabajadores. Por ello, en economías como la peruana, los trabajadores son empleados en microempresas informales de baja productividad y con escasas perspectivas de crecimiento.

¿Qué institución pública está observando y analizando esas y otras tendencias, y proponiendo políticas acordes con nuestra realidad? Por ejemplo, ¿cuenta el Ceplan con los recursos para proponer procesos de desarrollo económico con un enfoque integral tomando en cuenta las tendencias globales y las particularidades de la realidad local y regional? ¿Qué nivel de articulación mantiene con el MEF?

No es la única articulación necesaria. Para que un proceso de diversificación productiva sea exitoso, resulta indispensable garantizar calidad educativa, técnica y universitaria, en las regiones. ¿Cuál es el plan del Minedu al respecto y cómo se articula con el MEF y el Ceplan? ¿Y cómo se articulan con las políticas de innovación, ciencia y tecnología? ¿Hay alguna institución mirando el proceso de manera integral?

La respuesta parece evidente. Necesitamos comenzar a hacer algo distinto si queremos lograr otro tipo de resultados. Y aunque pareciera que no existan las condiciones políticas para ello, necesitamos crearlas y comenzar ya. Tal vez podamos ponernos de acuerdo al menos en ese objetivo: impulsar procesos de desarrollo económico sostenibles, integrales y con enfoque territorial.

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