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Opinión

Dinosaurio de la Guerra Fría

“Ahora parece un contrasentido, una especulación, una broma desatinada, pero en su momento un sector de la izquierda creía que la CIA había engendrado a Sendero Luminoso”.

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e han cumplido tres décadas de la extinción de la Guerra Fría, la confrontación que mantuvieron Estados Unidos y la Unión Soviética –el capitalismo y el comunismo por el dominio del mundo–, y todavía subsisten nostálgicos de esa época que, cada vez que tienen una oportunidad, recuerdan episodios ciertos y otros delirantes. Por ejemplo, la descabellada versión de que Sendero Luminoso era un invento de la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).

Cuando se confirmó que el mandatario Pedro Castillo nombró como canciller al ex guerrillero y sociólogo Héctor Béjar Rivera, en las redes sociales de inmediato recordaron que hacía muy poco, el 27 de febrero de este año, participó en una reunión de un grupo de izquierda en la que afirmó que el senderismo de Abimael Guzmán era un engendro de la CIA.

Ahora parece un contrasentido, una especulación, una broma desatinada, pero en su momento eso era lo que argumentaba la izquierda moscovita y castrista para explicar la guerra terrorista de los maoístas de Sendero Luminoso. “Ha sido en gran parte obra de la CIA y de los servicios de inteligencia”, manifestó Béjar, sin presentar prueba alguna, en el mencionado encuentro. La numerosa y contundente evidencia demuestra que el origen, desarrollo y apogeo del senderismo es el resultado de un proyecto autoritario que Abimael Guzmán comenzó a elaborar después de sus viajes a China Popular, en 1965 y 1967. Pero Béjar insiste con el cuento de que el senderismo se gestó en Langley. Aunque, enhonora la verdad, no es el autor de la hilarante teoría.

En 1988, en una de las etapas más feroces y crueles del conflicto armado, en un tiempo en el que los senderistas asesinaban alcaldes, políticos y dirigentes populares izquierdistas que se les oponían, apareció el libro CIA y Sendero Luminoso: Guerra Política, firmado por Andreo Matías, seudónimo del ex sindicalista arequipeño Washington Huaracha Apaza. En 200 páginas, presenta un estudio que pretende demostrar que la CIA gestó Sendero Luminoso con el propósito de socavar, destruir y aniquilar a los verdaderos movimientos revolucionarios de liberación, de inspiración castrista y moscovita. Después de un viaje por la Unión Soviética, en 1989, el entonces alcalde de Huamanga, el izquierdista Fermín Azparrent, envió una carta a la dirigente del Partido Comunista de la URSS, Valery Kuznetsov, para agradecerle por la invitación y enviarle dos ejemplares de un libro “cuyo contenido invita a una reflexión acerca de las vinculaciones de Sendero con la CIA”. Poco después, el 19 de septiembre del mismo año, los senderistas ejecutaron a Azparrent. El libro que le había regalado a Kuznetsov era de Washington Huaracha.

Este incidente reforzó la idea del sector izquierdista moscovita y castrista de que la CIA controlaba a Sendero Luminoso. Pero con el tiempo se demostró que no era cierto, por lo que resulta sorprendente que todavía hay quienes persisten en el embuste, como el canciller Béjar, para quien parece que la Guerra Fría no ha terminado.