Por: David Tuesta (*)
El déficit de electricidad en el sur es preocupante. La demanda de electricidad anual de la región supera los 1.600 MW mientras que su producción es cercana a los 600 MW. Este faltante de 1.000 MW hoy es atendido por transferencias de electricidad, hecho que es ilustrativo de este abandono energético de esta región.
Pero esto no tiene por qué ser así. El potencial geotérmico en el Perú para la producción de electricidad es de 2.860 MW. Las áreas más promisorias están relacionadas con el volcanismo activo justamente en el sur, la región más deficitaria en electricidad del país, donde se halla cerca del 60% de este potencial. Al respecto, es interesante señalar que ninguno de los sitios geotérmicos del eje volcánico sur se encuentra dentro de las áreas naturales protegidas y tienen alta viabilidad de buen relacionamiento comunitario.
Una de las superioridades de la geotermia es que sus niveles de emisión y generación de residuos sólidos son muy bajos, incluso mejores que el de otras centrales renovables como la solar fotovoltaica, biomasa o centrales eólicas. Asimismo, han demostrado ventajas en cuanto a su integración y equilibrio con el ecosistema al evitar verter calor residual a los ríos y aguas superficiales, así como hacer un uso mínimo del agua. Igualmente, sus instalaciones requieren poco terreno, integrándose armoniosamente con otros usos del suelo como el pastoreo y producción agrícola.
Algo que es sumamente interesante para el desarrollo productivo regional en el sur es que la geotermia tiene la cualidad de apuntalar actividades que benefician a las comunidades locales, como la creación de invernaderos para la producción agrícola, piscigranjas, secado de alimentos, plantas de pasteurización, entre otros. Y su impacto social es muy apreciable para brindar bienestar térmico a la población y evitar que se vean afectadas por terribles heladas.
Y para redondear las ventajas de la geotermia sobre otras tecnologías, se constata su independencia de las fluctuaciones climáticas; es decir, permite brindar energía constante, lo cual es claramente superior a las tecnologías de gas de ciclo combinado, hidroeléctricas, eólica o solar.
Además, la inversión en una planta geotérmica tendría la cualidad de revitalizar la economía del sur. Esto gracias al círculo virtuoso que trae la inversión privada al crecimiento económico; a la generación de empleo directo, indirecto e inducido; y con ello, a una disminución de las tasas de pobreza y mejora en una serie de indicadores sociales.
Queda claro que no se puede seguir teniendo olvidado al sur. La inversión en geotermia es fundamental para cerrar el déficit energético actual y reactivar la economía postpandemia.
(*) Exministro de Economía