
El asesinato de Astrid Cruz y su hijo en Jalisco ha conmocionado a México, un país donde los feminicidios se incrementan año tras año. La brutal matanza, llevada a cabo con un martillo, ha dejado al descubierto una serie de detalles escalofriantes, incluyendo el historial delictivo del presunto asesino. La noticia de la muerte de Astrid, junto con la de su hijo adolescente, ha estremecido a la sociedad jalisciense y a todo el país.
La investigación está centrada en Eduardo N., quien ya había cometido un crimen similar en el pasado, pero no terminó de completar su condena, según los medios locales.
Astrid Cruz, de 37 años, y su hijo de 16 fueron hallados sin vida en su domicilio en Zapopan, Jalisco, el lunes 3 de marzo. La Fiscalía señala a Eduardo N, pareja de la mujer, como el principal sospechoso del crimen. Días antes, Astrid recibió mensajes en los que él afirmaba que viajaría a Cancún y destruiría su chip, además de un correo en el cual aseguraba conocer su nueva dirección.
Las investigaciones indican que, tras el asesinato, el presunto agresor utilizó el celular de Astrid para responder mensajes y hacer creer que seguía con vida. Sin embargo, sus amigas notaron irregularidades en las respuestas y acudieron a su casa, donde descubrieron la trágica escena. Las autoridades siguen recabando pruebas para esclarecer los hechos y localizar a Eduardo N.
Eduardo, señalado por el asesinato de Astrid Cruz y su hijo, tiene un historial marcado por la violencia. En 2004, confesó haber matado a su pareja, Martha Berenice, en Culiacán. Luego de abandonar el cuerpo en el río Tamazula, intentó engañar a la familia de la víctima al unirse a su búsqueda. Sin embargo, las autoridades descubrieron inconsistencias en su testimonio, lo confrontaron y terminó revelando la ubicación del cadáver. Fue arrestado el 23 de marzo de ese año, aunque en 2006 logró escapar de prisión. Su recaptura en Guadalajara permitió que, tras un largo proceso judicial, recibiera una condena de 24 años.
Durante su tiempo en prisión, conoció a una mujer con quien contrajo matrimonio y tuvo una hija. En 2020, obtuvo su libertad y, dos años después, su esposa falleció en circunstancias nunca esclarecidas. Cinco años más tarde, Astrid y su hijo fueron asesinados de manera similar al crimen de 2004. Actualmente, el acusado está prófugo y es buscado en México.
El crimen no solo dejó a una mujer y su hijo asesinados, sino que también afectó gravemente a la hija menor de Astrid, quien resultó herida durante el ataque. Según fuentes cercanas a la familia, la niña se encuentra en estado grave y está siendo atendida en un hospital de la región.

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