América Latina está por experimentar un notable avance económico. De acuerdo con el FMI, uno de sus países se unirá a las ocho economías más grandes del mundo para 2028. Gracias a profundas reformas estructurales y un desarrollo constante, esta nación se unirá a Estados Unidos entre las economías más poderosas del mundo en los próximos cuatro años.
El ascenso de ese país como potencia mundial en 2028 refleja una profunda transformación en la economía global. Aunque actores tradicionales como Estados Unidos, China e India siguen siendo clave, esa nación ha demostrado una destacada habilidad para adaptarse a los nuevos desafíos y aprovechar las oportunidades en un mundo cada vez más interconectado.
Estados Unidos seguirá siendo el país más rico y poderoso de América en 2028. Foto: CDN
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Brasil será el único país de América Latina que alcanzará el estatus de economía "rica" para 2028, según el FMI. En términos prácticos, esto significa que el país se sumará a la lista de las economías más grandes y poderosas del planeta, junto a Estados Unidos, China e India. Este avance es significativo, ya que las economías latinoamericanas, en su mayoría, aún enfrentan desafíos estructurales que limitan su crecimiento sostenido.
En los últimos años, Brasil ha implementado reformas fiscales y políticas comerciales que han potenciado su competitividad y aumentado su atractivo para la inversión extranjera. Además, el país ha logrado diversificar su estructura económica, ampliando sus exportaciones y mejorando su infraestructura.
El crecimiento sostenido de su Producto Interno Bruto (PIB), que lo llevará a superar a economías tradicionales como la de Francia, está respaldado por el fortalecimiento de sectores clave como la tecnología, la energía renovable y la industria agroalimentaria.
Estas acciones han permitido que Brasil se posicione como un actor relevante en el escenario económico internacional, destacándose por su capacidad de adaptación y su enfoque en sectores clave para el desarrollo sostenible. La implementación de políticas orientadas a la innovación y la sostenibilidad ha sido fundamental para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo en el país.
Se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil experimentará un crecimiento constante entre 2025 y 2028. Según las predicciones del FMI, la economía brasileña podría superar los 2,4 billones de dólares, lo que le permitirá mantenerse en el octavo lugar del ranking mundial. Este aumento en el PIB se debe en gran medida a la recuperación del mercado laboral, la diversificación de su base productiva y el crecimiento de su clase media.
Además, el país se beneficiará de un mercado global más interconectado y la demanda de productos clave que Brasil exporta, como el mineral de hierro, la soja y los productos energéticos. Si bien el crecimiento de Brasil aún depende de factores externos como las políticas económicas globales y las fluctuaciones de los precios de los 'commodities', su resiliencia económica y el impulso de reformas internas lo sitúan en una posición favorable para ser uno de los grandes actores económicos del futuro cercano.
Ranking de los países ricos del mundo con mayor PIB entre 2022 y 2028. Foto: Statista
Para 2028, las proyecciones del FMI indican que los tres países más ricos del mundo seguirán siendo potencias consolidadas con un crecimiento económico sostenido:
Ranking de países ricos en 1992, 2010 y 2028. Foto: FMI/Statista
Según las proyecciones del FMI, el ranking de las economías más grandes del mundo en 2028 será el siguiente:
El Índice de Prosperidad confirma que Chile ha alcanzado el puesto de país más próspero de Latinoamérica en el año 2024. Este destacado logro posiciona a la nación chilena entre potencias económicas mundiales como Estados Unidos y China. Su éxito se atribuye a una gestión económica equilibrada, con inflación controlada, un sistema financiero sólido y políticas públicas encaminadas a mejorar las condiciones de vida de su población, reduciendo la pobreza y las desigualdades.
Es importante destacar que este hito no solo beneficia a la economía chilena, sino que también tiene un impacto positivo en toda Latinoamérica. El ejemplo de Chile demuestra que la estabilidad económica y el compromiso con el progreso social son fundamentales para el crecimiento y la prosperidad de una nación. Sin duda, este reconocimiento es un motivo de orgullo para todos los chilenos y un estímulo para seguir trabajando en la construcción de un futuro aún más próspero y equitativo.
Chile ha sobresalido en América Latina por su alto nivel de desarrollo humano, superando a países vecinos como Uruguay. A pesar de los desafíos económicos y políticos que enfrentan otras naciones de la región, este ha logrado consolidar un sólido desempeño en indicadores como salud, educación e ingreso, posicionándose como un referente en la región.